¡¡¡Para reconocerle sus derechos, tuvo que intentar matar, y, suicidarse, hay que joderse...!!!
Mientras Julio Miralles trabajaba normalmente en su cometido de policía local, Blesa, Rato y los demás, malgestionaron la entidad hasta arruinarla y estafaron a cientos de miles de ahorradores españoles.. Éste policía, estafado, llegó "al estado de locura", al sentirse despreciado en sus justas reclamaciones por el engaño de Bankia, como a tantísimos estafados nos sucedió. ¡¡Qué suerte tuvimos los demás de no enloquecer!! Si Bankia hubiera hecho ante sus reclamaciones, lo mismo que ahora, todo hubiera sido diferente. Esto viene a demostrar la calaña de los bankiarios. Sólo querían nuestro dinero, porque con su gestión, habían dilapidado lo que ellos tenían, y, había que reponerlo, a cualquier precio.
La entidad había llegado al estado de ilíquida, de quiebra absoluta y había que liquidarla, como ahora ha ocurrido con el Banco de Madrid. Pero desde el Gobierno se decidió otra cosa, salvarla con el dinero de todos los españoles. Si se hubiera hecho eso, se habría salvado la problemática que creó Rajoy con sus colaboradores necesarios. Ya hemos visto a dónde ha ido a parar "la también nacionalizada NOVAGALICIA" (Ahora Abanca), a manos de un extranjero que le han dado por mil millones lo que valía trece mil millones. Esa fue otra de las nacionalizaciones de Rajoy. ¿Cuando va a devolver Marianín los doce mil millones al pueblo gallego?. Todo esto lo había advertido varias veces el Sr. Almunia, desde Bruselas. Se dictaron los reales decretos ley necesarios para tener respaldo legal y se fastidió a los españoles. A los que cotizamos en España, a los que se lo llevan fuera, no les toco pagar ni cinco. Para esos golfos dictó una ley especial Montoro.
- o O o -
Los médicos que atendían al municipal, los vigilantes de su salud, física y mental, le declaraban INIMPUTABLE, al tratarse de un enfermo mental, el Juez, nó.
La familia de Julio se lamenta del destino de este agente, nunca debió entrar en la cárcel. Sus abogados respaldan esta posición. Remiten a decenas de documentos médicos que, supuestamente corroboran los trastornos psiquiátricos que sufría. Al tratarse de un enfermo mental, aseguran, era inimputable. El juez, entonces, no
- o O o -
Ésta noticia periodística, me viene al pelo para despedirme de vosotros, los lectores de mi blog, con la indignación que representa vernos retratados todos los afectados por unos u otros detalles, en común, con los de Julio. Ha sido norma entre todos nosotros, la inhibición de las FISCALÍAS y sobre todo, la canallesca conducta de la ESTAFADORA BANKIA CON SUS BANKIARIOS.
Creo que lo único que nos ha salvado a todos, ha sido la razón que nos asistía, y el empeño que hemos puesto tan espléndidamente en nuestras defensas. Con la lamentación de por medio, del desprecio absoluto mostrado por Bankia y por quienes la forman. El comportamiento del Gobierno en nuestra indefensión ha sido al 100% de ignorancia, por lo que les implicaba. Solo nos han utilizado para administrar a nuestros estafadores la mas deshonrosa IMPUNIDAD. Claro, que... ¿Podiamos esperar otra cosa de Gallardón?...
De Catalá, ni siquiera escribo una letra...
Mientras Blesa, Rato y otros pocos, anden libres, será la vergüenza de mas de un gobernante español..., no todos los españoles tienen los gwebos que tiene Elpidio
Muchos saludos para vosotros y un beso muy especial para vosotras...
Antonio
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Mientras Julio Miralles trabajaba normalmente en su cometido de policía local, Blesa, Rato y los demás, malgestionaron la entidad hasta arruinarla y estafaron a cientos de miles de ahorradores españoles.. Éste policía, estafado, llegó "al estado de locura", al sentirse despreciado en sus justas reclamaciones por el engaño de Bankia, como a tantísimos estafados nos sucedió. ¡¡Qué suerte tuvimos los demás de no enloquecer!! Si Bankia hubiera hecho ante sus reclamaciones, lo mismo que ahora, todo hubiera sido diferente. Esto viene a demostrar la calaña de los bankiarios. Sólo querían nuestro dinero, porque con su gestión, habían dilapidado lo que ellos tenían, y, había que reponerlo, a cualquier precio.
La entidad había llegado al estado de ilíquida, de quiebra absoluta y había que liquidarla, como ahora ha ocurrido con el Banco de Madrid. Pero desde el Gobierno se decidió otra cosa, salvarla con el dinero de todos los españoles. Si se hubiera hecho eso, se habría salvado la problemática que creó Rajoy con sus colaboradores necesarios. Ya hemos visto a dónde ha ido a parar "la también nacionalizada NOVAGALICIA" (Ahora Abanca), a manos de un extranjero que le han dado por mil millones lo que valía trece mil millones. Esa fue otra de las nacionalizaciones de Rajoy. ¿Cuando va a devolver Marianín los doce mil millones al pueblo gallego?. Todo esto lo había advertido varias veces el Sr. Almunia, desde Bruselas. Se dictaron los reales decretos ley necesarios para tener respaldo legal y se fastidió a los españoles. A los que cotizamos en España, a los que se lo llevan fuera, no les toco pagar ni cinco. Para esos golfos dictó una ley especial Montoro.
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Los médicos que atendían al municipal, los vigilantes de su salud, física y mental, le declaraban INIMPUTABLE, al tratarse de un enfermo mental, el Juez, nó.
La familia de Julio se lamenta del destino de este agente, nunca debió entrar en la cárcel. Sus abogados respaldan esta posición. Remiten a decenas de documentos médicos que, supuestamente corroboran los trastornos psiquiátricos que sufría. Al tratarse de un enfermo mental, aseguran, era inimputable. El juez, entonces, no
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Ésta noticia periodística, me viene al pelo para despedirme de vosotros, los lectores de mi blog, con la indignación que representa vernos retratados todos los afectados por unos u otros detalles, en común, con los de Julio. Ha sido norma entre todos nosotros, la inhibición de las FISCALÍAS y sobre todo, la canallesca conducta de la ESTAFADORA BANKIA CON SUS BANKIARIOS.
Creo que lo único que nos ha salvado a todos, ha sido la razón que nos asistía, y el empeño que hemos puesto tan espléndidamente en nuestras defensas. Con la lamentación de por medio, del desprecio absoluto mostrado por Bankia y por quienes la forman. El comportamiento del Gobierno en nuestra indefensión ha sido al 100% de ignorancia, por lo que les implicaba. Solo nos han utilizado para administrar a nuestros estafadores la mas deshonrosa IMPUNIDAD. Claro, que... ¿Podiamos esperar otra cosa de Gallardón?...
De Catalá, ni siquiera escribo una letra...
Mientras Blesa, Rato y otros pocos, anden libres, será la vergüenza de mas de un gobernante español..., no todos los españoles tienen los gwebos que tiene Elpidio
Muchos saludos para vosotros y un beso muy especial para vosotras...
Antonio
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ECONOMÍA
PreferentesBankia devuelve las preferentes al policía que apuñaló a un empleado
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La familia cobra cerca de 400.000 euros después de que se quitara la vida en prisión
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El agente se quitó la vida tras ser internado en prisión a la espera de juicio
Sucursal de Bankia donde trabajaba ex empleado que fue agredido en 2013 por un policía.
BENITO PAJARES
El drama de las preferentes y subordinadas golpeó con crudeza a la familia de Julio, un policía local de Valencia que en 2013, apuñaló al director de una oficina bancaria al que había confiado los ahorros de toda una vida: 371.000 euros. La Justicia les ha permitido recuperar estos fondos, además, con intereses. Aunque el agente no podrá disfrutar de ellos. Aquejado de una fuerte depresión y transtornos psicóticos a raíz de este caso, Julio se quitó la vida en su celda mientras aguardaba el juicio por tentativa de homicidio en las Navidades de 2013. Hacía sólo un día que se le había retirado el protocolo antisuicidio.
La sentencia del juzgado número 11, con fecha el 4 de julio de 2014, anula los contratos suscritos con Bancaja (ahora Bankia) al considerar probado que existió vicio de consentimiento porque no se infornó correctamente de los riesgos. La cuantía total, que la familia ya ha recibido, roza los 400.000 euros.
El proceso judicial arrancó mucho antes de que Julio agrediera al director de su oficina, al que le unía una estrecha relación. Se trataba, de hecho, de un familiar, que asesoraba a todos sus allegados desde su posición en la caja de ahorros.
Hasta el estallido de la crisis de las preferentes, la vida de este policía era, según sus parientes, completamente normal. Casado y con un hijo, decidió seguir los consejos financieros de su primo. Creía que se trataba de una inversión segura, un plazo fijo sin riesgos. Además, sus padres ya habían invertido previamente. Entre 2000 y 2009, el núcleo familiar adquirió, sin conocer los riesgos reales, participaciones preferentes y obligaciones subordinadas por valor de 371.000 euros. La confianza era tal que, según los abogados, algunas de las contrataciones se autorizaron por teléfono. Sin conocer las consecuencias.
Los trastornos psiquiátricos de Julio comenzaron cuando intentó, en vano, retirar los fondos del banco. En 2012. Según los informes de los médicos, «este factor estresante descandenó la enfermedad». El policía se sumergió en una profunda depresión al creer que había perdido todo su dinero. El canje de las participaciones por acciones que ofreció Bankia en marzo de este mismo ejercicio, y que en la práctica suponía renunciar a la mayor parte de sus ahorros, tampoco tranquilizó al agente. A partir de entonces inició la cuesta abajo. Sin freno. En pocos meses, los trastornos mentales se multiplicaron. Según explicaron ayer fuentes cercanas al policía, la depresión y las ideas paranoides asociadas incluso le incapacitaron temporalmente para poder trabajar. Aunque en los periodos de actividad, recuerdan, ya no portaba el arma reglamentaria.
Sometido a una fuerte medicación, Julio ingresó en la Unidad de Psiquiatría de La Fe de Valencia. El informe clínico recoge sus antecedentes psiquiátricos, su estado de shock emocional y un bloqueo cognitivo. Once días después, estalló. El policía se desplazó hasta la casa de su primo, prejubilado desde 2011, para exigirle explicaciones por la venta de productos tóxicos. Y en medio de una fuerte discursión, le atestó varias puñaladas.
La víctima, herida grave, se recuperó de la agresión en el hospital, mientras que Julio fue enviado a prisión, tras prestar declaración ante el juez a la espera de un juicio que nunca llegó a celebrarse. Tras un primer intento de quitarse la vida, la dirección de la prisión de Albocàsser aplicó al agente suspendido el protocolo antisuicidio. Durante cerca de seis meses, un preso de confianza le acompañó como si fuera su propia sombra. Pero a las puertas de Nochebuena, ya sin vigilancia permantente, logró su objetivo. A los 39 años.
La familia de Julio se lamenta del destino de este agente, nunca debió entrar en la cárcel. Sus abogados respaldan esta posición. Remiten a decenas de documentos médicos que, supuestamente corroboran los trastornos psiquiátricos que sufría. Al tratarse de un enfermo mental, aseguran, era inimputable. El juez, entonces, no
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