Todavía,
hay quien dice, como el dirigente Carlos Floriano, que al final del proceso
jurídico, habrá quienes tengan que pedir perdón por declaraciones contra los
casos de corrupción y sus imputados. Parece que aún no quieren reconocer esto
señore/as, que haya existido una trama de financiación ilegal de su Partido. El
Partido Popular, al igual que otros ha hecho de la corrupción un negocio
lucrativo con la finalidad de perpetuarse en el poder, trasgrediendo incluso las
normas más elementales de convivencia democrática y la propia ley de
financiación de partidos políticos.
Quien
hizo la ley, hizo la trampa, cuando saltaron a la palestra las fundaciones de
los diversos partidos, nadie entendía bien para que se creaban, se dieron
argumentos de todo tipo pero al final se ha venido a ver, que han sido una
herramienta más de financiación de algunas formaciones, para saltarse el
resquicio legal, que la ley de partido limita, en este sentido.
Por
otra parte, las donaciones privadas que tienen un límite en el tiempo, dentro de
la referida financiación, tampoco como se puede ver, han sido y es un escollo,
lo solucionan algunos con una caja B que generan con aportaciones que no están
sujetas a regulación y que son el precio de las mordidas sobre contratos
públicos y favores concedidos a diversos empresarios o entidades. Todo ello
funciona a la sombra de la prescripción de los hechos en su caso y por la falta
de control y el retraso que el Tribunal de Cuenta lleva en sus evaluaciones
cotidianas.
El
marco de Las haciendas autonómicas y municipales; como ya he apuntado en alguna
ocasión, han sido donde se han generado, en su mayoría casos como los referidos,
son estos los más llamativos núcleos de corrupción, por que escapan al control
del tribunal mencionado anteriormente y de no ser que alguien, con gran respeto
por lo público y con una honestidad intachable; aunque luego se le pueda relegar
por ello, a la una situación personal insoportable, haga que salten a la luz
hechos de esta índole o que sea la prensa mediante filtraciones derivadas de
intrigas políticas en su caso, o por simple comunicación a esta, de personas
anónimas, por miedo a las consecuencias que se puedan derivar de sacar a la luz
estos temas, no conoceríamos que se han llegado a dar situaciones así. Ahí es
donde está uno de los caldos de cultivo de las referidas.
Conocemos
lo que salta a los medios ¿Pero, cuánto más hay detrás de toda esta cortina de
humo escondido a través de los años? ¿Que existe desafección política en nuestro
país? Normal, lo raro es que siga existiendo afección por este tema y si existen
ciudadanos que se siguen interesando por la política, debe ser; y es mi opinión,
porque en sus conciencias está la imagen de que todo esto nos afecta a todos y a
las generaciones venideras y no se puede consentir que todo siga este
camino.
La
condonación de deudas a algunos partidos políticos; ingeniería corrupta de
guante blanco, también han servido de herramienta para perpetuar a los mismos de
siempre, en los diferentes gobiernos, porque un partido político con una alta
financiación, llega siempre donde los pequeños no pueden llegar y su voz es
acallada por la presiones ejercida en los diferentes medios y con las argucias
necesarias para no dejarles crecer a través de impedimentos administrativos por
parte de empresas o entidades afines a la línea marcada desde los partidos
dominantes o de los propios gobernantes. Las campañas políticas, son la
inversión necesaria para poder justificar, ingresos irregulares y gastos
desproporcionados. Que existe una ley de transparencia, ¿Pero realmente alguien
se ha creído que es transparente de verdad? En fin.
Valga
todo lo expuesto como ejemplo de que existen lagunas en el sistema jurídico
actual y dentro de la Ley de Partidos sobre todo, que no pueden perpetuarse por
más tiempo en la vida política, si se quiere que la voz del electorado suene
clara y sin cortapisas y que el elector no se sienta presionado a la hora de
emitir su voto por falsas expectativas que no pueden tener un marco de realidad
dada la imposibilidad de desarrollo de las mismas.
Mentir
no es gobernar, incumplir no es ser sinceros, dar la vuelta a los
acontecimientos en propio beneficio, no es ser honestos y criminalizar a quienes
emiten su voto, o jugar con esa decisión es canallesco.
Sí
aun así las encuestas de intención de votos siguen dando una holgada mayoría a
los de siempre, es que en este país, hemos empezado a perder el sentido de las
cosas y la desidia se ha acoplado en nuestro día a día, de tal manera que nos
empieza a dar lo mismo ocho que ochenta, pero claro, esto sólo es la opinión de
un inconformista convencido.
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