sábado, 27 de octubre de 2012

PREFERENTES Y DESAHUCIOS BANKIA: JUAN JOSÉ MILLÁS, CHUSQUEROS

Ahora hago un comentario, lleno de placer y de orgullo. Uno de mis comentaristas preferidos, como columnista, y también como literato,  es Juan José Millás. Digo con placer porque eso es lo que me produce cada vez que le leo. Con orgullo, porque su reacción ante la situación provocada, por los injustos, es similar a la mía, aunque yo no domine el arte de expresarla. Resulta bonito, tener gentes a las que admirar y mas bonito resulta poderlas disfrutar, leyéndolas. Don Juan José sabe llegar a la fibra sensible de los humanos, aunque deba echarle en cara que debe refinar y purificar mas su arte, hasta poder causar ese efecto en los malnacidos, sabiendo como se, que es tarea harto difícil.

Mis gracias sinceras y mi grata felicitación: Enhorabuena por su comentario y por sus sentimientos. Esto solo es patrimonio de la "buena gente"..

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Chusqueros

En la práctica, somos un país invadido por tropas extranjeras, un país cuyas autoridades locales, vendidas al ejército invasor, hacen el trabajo sucio del sargento chusquero en el ejército de siempre

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

    

    El lenguaje cotidiano ha devenido en una crónica de guerra. La semana pasada cayó Ricardo; este lunes han herido a José; hoy mismo, alguien ha visto a Antonia mendigar con disimulo en la puerta de un restaurante caro. Un grupo de familias ha sido víctima de una emboscada de Bankia. Caen como moscas, pues los que no pierden el trabajo al pisar una mina antipersonal, pierden la casa o la salud o la cordura. A los caídos no se les entrega ninguna medalla al mérito, no se les rinden honores, no se habla de lo eficaces que fueron en su actividad, ni de su buena disposición, ni de su compañerismo. Nadie coloca una bandera sobre sus ataúdes al tiempo que una banda de música ataca un tema patriótico.

    Entre tanto, y como en todas las guerras, los generales, plácidamente acomodados en sus despachos con moqueta, colocan banderitas sobre los mapas de los territorios conquistados mientras degustan un coñac. Los generales de esta conflagración no llevan uniformes de campaña ni botas de montar ni gorra, tampoco hablan nuestro idioma, nuestros idiomas. Son gente vestida (o disfrazada) de civil cuyos cuarteles generales están en Nueva York, en Berlín, en Bruselas, desde donde, gracias a las nuevas tecnologías, nos ven a usted y a mí atravesando las pantallas de sus monitores, como hormigas camino del trabajo, y deciden liquidarnos económicamente o tendernos una trampa financiera mortal.

    En la práctica, somos un país invadido por tropas extranjeras, un país cuyas autoridades locales, vendidas al ejército invasor, hacen el trabajo sucio del sargento chusquero en el ejército de siempre. Un teatro de operaciones, en fin, de apariencia democrática, en el que no corre la sangre ni se amontonan los cadáveres, pero en el que cada día son expulsados fuera del sistema, que es tanto como decir fuera de la vida, miles de inocentes.

    1 comentario:

    1. Al Sr. Millás le he visto un par de veces bajando por la Gran Vía, hacia la plaza de España, y debo decir que la impresión que me dio fue de que además de un magnifico escritor era una buena persona. Veo que no me equivocaba.
      Echo mucho de menos a otro magnifico escritor y referencia para mí:, al Premio Nobel de literatura D. José Saramago.

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