Al abrir hoy mi facebook, leo con retraso, noticias de fechas pasadas. Con esto del verano y por la dedicación a la familia, no puede ser de otra manera. Leo en el BLOG "SI NO LO DIGO REVIENTO", el intento de evitar el "pucherazo" que está dispuesto a meter a los españoles en forma de INSULTO A LA INTELIGENCIA, por parte de los letrados de Ausbanc y Manos Limpias.
No puedo evitar hacerme eco de ese intento, por honestidad, dignidad y vergüenza. También por afinidad en lo que se pretende defender, por honradez, y, siempre, contra la vergonzante actitud que ciertos jueces están sembrando, como costumbre, en España. El TSJM está demostrando que una cosa son los intereses que defienden sus componentes y, otra muy distinta la que deberían defender.
España necesita de otros juzgadores, que sean capaces de poner los puntos sobre las íes a los delincuentes y que se reciclen en cuanto a conceptos morales y "sus deseos" de aplicar Justicia. No se comprender que contra Silva se busquen fallos donde no los hay y se niegue la investigación contra el delincuente Blesa.
A una vida que el TSJM está dispuesto a declarar inocente, ya le han condenado centenares de Jueces "por dolo y mala fe". No a él personalmente, sino a la Emisión de Preferentes que él ordenó como Presidente de Caja Madrid.
El señor Blesa, ha dictado las medidas necesarias para hacer posible la mayor ESTAFA de la Historia de España, al mayor numero de españoles desposeídos de sus ahorros de toda la vida. ¿No son estos hechos suficientes para hacer sentir vergüenza a cualquier Fiscal bien nacido que, intente defenderle?.
Debo reconocer, y reconozco, al mismo tiempo que aplaudo, a Manos Limpias y a AUSBANC por lo que intentan y hacen para que la JUSTICIA en España sea mas justa de lo que unos cuantos rechazan. Defender y consentir a un delincuente consumado, no puede llevarnos a buen fin.
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El equipo Jurídico de Ausbanc solicita la nulidad del juicio
del TSJM contra Silva
- Escrito por Redacción. Madrid
Miguel Bernad, secretario general de Manos Limpias. |
En caso contrario presentarán una querella por calumnias e injurias contra la Fiscalía y la acusación particular.
En este número publicamos una interesante entrevista con el Fiscal General de Nueva York, quien ha tenido como objetivo fundamental de su actuación evitar los abusos de la banca en EE UU. Da la impresión de que para que una autentica democracia funcione es necesaria una justicia eficaz e imparcial, en la que jueces y fiscales actúen correctamente.
Desgraciadamente, España está coja, porque una de las patas, la Fiscalía, no funciona, especialmente en el caso de los abusos bancarios. Fue llamativa la declaración de José Antonio Casaus, jefe de Inspección del Banco de España en el caso Bankia, en la que el fiscal anticorrupción no realizó ninguna pregunta.
Peor ha sido la actuación del fiscal jefe de Madrid en el caso Blesa. Es por ello por lo que Manos Limpias y el equipo jurídico de Ausbanc han planteado un incidente excepcional de nulidad de las actuaciones o, lo que es lo mismo, la nulidad del proceso.
Desde el inicio de la causa contra Silva, el Fiscal Jefe de Madrid, Manuel Moix, ha venido defendiendo que el motivo esencial de la prevaricación presuntamente enjuiciada por la Sala era la coordinación del Magistrado titular del Juzgado de Instrucción nº 9 con Manos Limpias o su letrado, de tal manera que estos últimos poco menos que establecían la hoja de ruta de los procedimientos 58/2010 y 3173/13 –los créditos concedidos a Díaz Ferrán y la ruinosa compra del Banco de Miami– seguidos ante dicho Juzgado. Llega incluso a hablarse de “regalo procesal” en cuanto a la admisión de Manos Limpias como acusación en los dichos autos.
En
la querella formulada por el Ministerio Público –y filtrada a los
medios de comunicación– hay al menos 15 menciones a Manos Limpias y en
sus conclusiones, el Fiscal se refirió al Sindicato en unas 30
ocasiones, así como al letrado, Luis Pineda, al menos dos veces, como
inspiradores, instigadores o cómplices de los hechos.
En este número publicamos una interesante entrevista con el Fiscal General de Nueva York, quien ha tenido como objetivo fundamental de su actuación evitar los abusos de la banca en EE UU. Da la impresión de que para que una autentica democracia funcione es necesaria una justicia eficaz e imparcial, en la que jueces y fiscales actúen correctamente.
Desgraciadamente, España está coja, porque una de las patas, la Fiscalía, no funciona, especialmente en el caso de los abusos bancarios. Fue llamativa la declaración de José Antonio Casaus, jefe de Inspección del Banco de España en el caso Bankia, en la que el fiscal anticorrupción no realizó ninguna pregunta.
Peor ha sido la actuación del fiscal jefe de Madrid en el caso Blesa. Es por ello por lo que Manos Limpias y el equipo jurídico de Ausbanc han planteado un incidente excepcional de nulidad de las actuaciones o, lo que es lo mismo, la nulidad del proceso.
Desde el inicio de la causa contra Silva, el Fiscal Jefe de Madrid, Manuel Moix, ha venido defendiendo que el motivo esencial de la prevaricación presuntamente enjuiciada por la Sala era la coordinación del Magistrado titular del Juzgado de Instrucción nº 9 con Manos Limpias o su letrado, de tal manera que estos últimos poco menos que establecían la hoja de ruta de los procedimientos 58/2010 y 3173/13 –los créditos concedidos a Díaz Ferrán y la ruinosa compra del Banco de Miami– seguidos ante dicho Juzgado. Llega incluso a hablarse de “regalo procesal” en cuanto a la admisión de Manos Limpias como acusación en los dichos autos.
Elpidio José Silva, el juez que encarceló a Miguel Blesa. |
Con esta actitud procesal, y pese a que Manos Limpias lo ha
intentado, se le ha negado su personación en la causa que hubiera
permitido su defensa con las debidas garantías; incluso se le vetó su
declaración como testigo a través de su representante legal, igual que
al letrado Luis Pineda. Y es que toda la tramitación del proceso contra
el juez Silva está repleta de irregularidades y errores procesales
orientados a perjudicar a Manos Limpias en su derecho de defensa.
De esta forma, se defiende por el Ministerio Público una querella nada menos que por prevaricación contra un juez instructor que actúa en connivencia con una parte a la que no se quiere escuchar, ni por el Fiscal ni, lo que es mucho más grave, por el Tribunal.
Es el ejemplo perfecto de actuación inquisitiva, pues se ha prescindido en todo momento de la intervención de la parte afectada. El propio Tribunal Constitucional califica “al derecho de defensa, garantía esencia de un proceso justo”.
¿Se han respetado los principios constitucionales por parte del Ministerio Fiscal querellante? A la vista está que no. ¿Se le ha permitido este travestimiento de sus funciones como acusador público en acusador particular por parte de la Sala? Lamentablemente, sí.
Tanto la querella, como las conclusiones, como –nos tememos– la sentencia, apoyan sus argumentos en una conducta que ni siquiera ha sido valorada testificalmente, pero que ha sido condenatoria jurídica y socialmente: se hace pasar a Manos Limpias y a su letrado por conspiradores e ignorantes del Derecho o, peor, de utilizarlo maquiavélicamente en su propio beneficio con tal de perjudicar a los Blesa y Díaz Ferrán. Por cierto, el segundo imputado –y ya condenado– en otras causas, y el primero imputado en las Diligencias Previas 3173/13 seguidas ante el mismo Juzgado de Instrucción nº 9.
La postura del Ministerio Fiscal ahora es además contradictoria con su intervención en las causas, puesto que nunca se opuso a la intervención de Manos Limpias en los procedimientos, ni a que formulara su interrogatorio en las declaraciones practicadas, si bien es cierto que el Ministerio Público sólo apareció de manera constante a partir de la declaración de Miguel Blesa que motivó su prisión provisional.
La realidad ocultada por la Fiscalía desde la reapertura de las Diligencias Previas 58/2010 es que se montó una estrategia defensiva por parte de Blesa encaminada a acabar donde nos encontramos, y que al final, ha conseguido quitarse de encima al juez natural que le correspondía, dejar las causas paralizadas y servir de aviso a los siguientes Magistrados que se hagan cargo de las mismas.
Todo ello conduce al fundamento de la petición del equipo jurídico de Ausbanc: un fallo absolutorio o, en su defecto, la nulidad. Sólo así podría repararse tanto la indefensión padecida por Manos Limpias y su Letrado como la injustificada incoación de un procedimiento penal contra un Magistrado Instructor, hecho a la medida de los intereses de aquéllos a quienes estaba investigando.
De esta forma, se defiende por el Ministerio Público una querella nada menos que por prevaricación contra un juez instructor que actúa en connivencia con una parte a la que no se quiere escuchar, ni por el Fiscal ni, lo que es mucho más grave, por el Tribunal.
Es el ejemplo perfecto de actuación inquisitiva, pues se ha prescindido en todo momento de la intervención de la parte afectada. El propio Tribunal Constitucional califica “al derecho de defensa, garantía esencia de un proceso justo”.
¿Se han respetado los principios constitucionales por parte del Ministerio Fiscal querellante? A la vista está que no. ¿Se le ha permitido este travestimiento de sus funciones como acusador público en acusador particular por parte de la Sala? Lamentablemente, sí.
Tanto la querella, como las conclusiones, como –nos tememos– la sentencia, apoyan sus argumentos en una conducta que ni siquiera ha sido valorada testificalmente, pero que ha sido condenatoria jurídica y socialmente: se hace pasar a Manos Limpias y a su letrado por conspiradores e ignorantes del Derecho o, peor, de utilizarlo maquiavélicamente en su propio beneficio con tal de perjudicar a los Blesa y Díaz Ferrán. Por cierto, el segundo imputado –y ya condenado– en otras causas, y el primero imputado en las Diligencias Previas 3173/13 seguidas ante el mismo Juzgado de Instrucción nº 9.
La postura del Ministerio Fiscal ahora es además contradictoria con su intervención en las causas, puesto que nunca se opuso a la intervención de Manos Limpias en los procedimientos, ni a que formulara su interrogatorio en las declaraciones practicadas, si bien es cierto que el Ministerio Público sólo apareció de manera constante a partir de la declaración de Miguel Blesa que motivó su prisión provisional.
La realidad ocultada por la Fiscalía desde la reapertura de las Diligencias Previas 58/2010 es que se montó una estrategia defensiva por parte de Blesa encaminada a acabar donde nos encontramos, y que al final, ha conseguido quitarse de encima al juez natural que le correspondía, dejar las causas paralizadas y servir de aviso a los siguientes Magistrados que se hagan cargo de las mismas.
Todo ello conduce al fundamento de la petición del equipo jurídico de Ausbanc: un fallo absolutorio o, en su defecto, la nulidad. Sólo así podría repararse tanto la indefensión padecida por Manos Limpias y su Letrado como la injustificada incoación de un procedimiento penal contra un Magistrado Instructor, hecho a la medida de los intereses de aquéllos a quienes estaba investigando.
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