Soy perfectamente consciente de que, la mayoría de las personas que nos reunimos esa tarde, teníamos padres diferentes con respecto al prójimo. Exactamente como todas las tardes. Sabéis los que me conocéis que cuando acudo a la cita, me paso la jornada hablando con unos y con otros, por esta razón hay días que me entero de algo que me parece novedad y no lo es desde hace varias fecha.
Vi el mensaje de esta pegatina y me pareció digna de fotografiarla. La llevaba un señor sobre su pecho. Ni corto ni perezoso intente tomar una instantánea y la respuesta del caballero portador, me dejo "helado":
-.¡A mi no me fotografíe usted!.
-.Perdone. Yo solo quiero fotografiar su pegatina, no su cara.
El portador de la pegatina, se la despegó con violencia, se dio media vuelta y se retiro de mi. Curiosamente, en ese instante, otro hombre que estaba junto a el, a su derecha, me dijo:
-.Haga usted la foto a ésta. Y así lo hice. Es la pegatina que os acompaño, la del mismo texto que la del otro portador. La llevaba tambien, a la altura de su corazón..
Cuento esto porque el testigo de lo vivió, es el actor del hecho solidario. Él se quedo con su pegatina, yo con la foto y el otro, imagino que se llevo la pegatina en su bolsillo o la tiraría al suelo.
Por otra parte, queda claro que en todas partes, en todos los colectivos, hay gentes muy diferenciadas. Lo que no entiendo muy bien es que un afectado por un hecho común intencionado (Estafa de las preferentes), vaya buscando ser afectado por otros males y por propia voluntad.
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