lunes, 11 de febrero de 2013

PREFERENTES BANKIA: MATO Y EL TOMATE, RAFAEL TORRES

Comentario por Antonio Barahona Ortiz 11.02.13 | 03:18
Empieza 2013 con el mejor equipo en la ONIF, que jamás haya existido. Encargan la Inspección a la del affaire GESCARTERA, Pilar Valiente. Se cepilla al equipo, que entre otras cosas llevaba la GÜRTEL. Campo abierto a los malhechores INTACHABLES. A los pocos meses, LEY de amnistía Fiscal. Se llevan la pasta fuera, para no tributar. Si la traen, menos de un 10%. Vale. Se la pueden volver a llevar. Cuando la dejen blanqueada, podrán minorar patrimonio en siguiente declaración. Sobres, comisiones, subvenciones, B, negro, recortes, tasas judiciales, execciones, condonaciones, recursos y expiraciones. Se ríen, se ríen, insultan, mienten... Los Bobones no son tan Bobos, sus patrimonios crecen y crecen, "la Justicia es igual para todos", ja, ja, con yernísimo o sin el, con princesa imputada o sin ella... al final todo lo increíble, era cierto. Todo esta atado y bien atado. ¿Alguien se atreve a decir lo contrario?. Estos no conocen límite para cometer los caprichos deseados.

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Rafael Torres - Al margen - Mato y el tomate.

09.02.13 | 12:20. Archivado en Rafael Torres

MADRID, 8 (OTR/PRESS)
Ana Mato, la señora que durante la campaña electoral de 2008 declaró que los niños andaluces eran "prácticamente analfabetos", llegó a ministra. Pero que nadie se asombre: ocurrió en España. Y de la mano de Mariano Rajoy, que tiene un arte para sacar ministros de la nada (Wert, Báñez, De Guindos, Montoro...) que quita "el sentío". En el caso de Ana Mato, sin embargo, la nada previa a su ascensión a tan alta responsabilidad pública estaba llena de cosas: bolsos, viajes, fiestas, comuniones y cantidades industriales de confeti, todo ello gentileza de la trama Gürtel. Llegó a ministra y ahí sigue.

Ana Mato, demasiado confiada acaso en su apariencia infantil, manifiesta, queriendo trasponer esa apariencia a su edad real, que ella no ha hecho nada malo, por lo que, en consecuencia, no se le puede castigar. Se colige, pues, que el cese o la dimisión sería para ella un castigo, pero las víctimas de su política y de la de su gobierno en materia de Sanidad, ramo en el que manda y cobra, tampoco han hecho nada malo y, sin embargo, se les castiga atrozmente. Veamos: La Policía descubrió que la señora Mato recibió regalos, varios regalos, de "El Bigotes" mientras la Gürtel trajinaba cabe el Partido Popular, pero ella se defiende diciendo que no sabía nada, que era cosa de su marido el señor Sepúlveda ("funcionario" en activo del PP), del que se hallaba separada, y que, en todo caso, la denuncia por su implicación en ese tráfico de regalitos fue en su día archivada por un juez. Pero, ¿recibió o no recibió, y usó, y disfrutó, los regalos?

Un juez, cómo no, puede archivar lo que estime pertinente, pues lo archiva en función de la normativa que rige su función y de su interpretación de ella, pero los demás, que no somos jueces, archivamos o no las cosas de otra manera. En la memoria, por ejemplo, las cosas se archivan malamente. Lo que nos importa a los que no somos jueces es si hubo tomate, independientemente de su reproche judicial. Y, lamentablemente para Ana Mato, parece que sí, que hubo tomate, a menos que la Policía, las fechas, la titularidad de las cuentas corrientes y todo lo habido y por haber se equivoquen. No sería raro, pues el Destino también se equivocó: llegó a ministra. Y se sigue equivocando: continúa siéndolo a día de hoy.

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