Lo de Monago, por mucho que se intente separar como bombero atípico, no es conducta de Monago, es
modus vivendi de los corruptos del PP, porque el PP, es el partido que mas corruptos tiene. Lo que no comprendo es cómo todos los decentes del PP no se revelan contra la indecencia, asumiendo el peso del "todos son iguales". Allá ellos. Eso no puede ser llamado obediencia debida. Además, ¿Alguien les prohibe abandonar unas siglas con semejante moral, y viendo que los "de arriba" no hacen nada por adecentar la formación?.
"Aguanta, se fuerte". "Nadie podrá demostrar que no son inocentes". "Defiendo su inocencia". "Su honorabilidad". "Todo esta bien, menos algunas cosas". "Esa persona que usted menciona". "Todo es mentira menos algunas cosas que son verdad"....
¿Como pueden los decentes soportar tanta ignominia?...: Monago el bombero, Cafranga la opaca, Fabra el incarcelable...¡¡Para que seguir!!, con los tres últimos, basta y sobra. La siguiente ENTRADA estará dedicada, íntegramente, a la rubia feliz de la foto; flanqueada por colaboradores necesarios.
Carmen Cafranga acompañada por el ex presidente José María Aznar y Miguel Blesa. Fotografía extraída de los correos de este último.
...Y dirigiendo el cotarro: D. Mariano Rajoy Brey
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jueves, 20 de noviembre de 2014
MONAGO, CADA DÍA MÁS PERDIDO
El son de los
asombros
MONAGO,
CADA DÍA MÁS PERDIDO
Tomás Martín Tamayo
Blog Cuentos del día a día
El autodenominado “verso suelto o barón rojo del PP” va de mal en peor.
Como pollo sin cabeza, cada día más
perdido y alejado de un sentido común básico que lo empecina en cuadrar un
círculo, en el que está cayendo como si fuera una fosa sin fondo. Por el bien
de todos debería pararse, deberían pararlo. Esta semana he mantenido varias
conversaciones con un amigo que suele estar en la pomada de lo que ocurre, de
los qué y de los porqués y ninguno de los dos entendíamos que tanta torpeza
encadenada no estuviera programada, no persiguiera un fin concreto, que se nos
escapaba. ¿A qué se debe este harakiri mediático de Monago, saltando del coro
al caño, con una verborrea tan rematadamente estúpida? ¿Tan iluso es como para
creer que puede hacernos ver que su aparatosa desnudez la cubre con manto de
armiño? Incluso su lenguaje corporal proclama a gritos que es un “trolas”, pero
sigue empecinado en considerar que todo el mundo es idiota y que él es el faro
que ilumina el universo, (Yo, yo, yo, el señor Monago, este presidente que les
habla, yo, yo…) cayendo incluso en el concepto fascista de creer que el que lo
ofende nos ofende: “Cuando me atacan, también lo están haciendo al pueblo de
Extremadura”. ¡Qué desnorte, qué empanada mental, qué pena que alguien así esté
donde él está!
Es tan torpe lo que está haciendo que cuesta aceptar que no está
programada tanta idiotez y, por ser generosos, algunos incluso pensamos que guarda
un conejo en la chistera, porque es imposible hacerlo tan rematadamente mal sin
un propósito definido. Todos, tal vez menos Monago, hemos visto su deriva hacia
una grandilocuencia grotesca de rico nuevo, sus subrayados ridículos en
discursos que lo mismo podían leerse de principio a fin que de fin a principio
y muchos hemos señalado con el dedo al rasputin que maneja sus bridas como un
rejoneador las de su caballo. ¿Sigue el consejero de Ocurrencias siendo el
artífice de una estrategia tan carente de sensatez? Si es así se ha convertido
en un peligro, no ya para Monago sino para toda Extremadura. El que ataca a
Monago no ataca a Extremadura, pero es evidente que los ridículos de Monago los
esparce como el hipopótamo sus
excrementos y nos afectan, porque todos quedamos en ridículo, no con él, pero
sí por él.
Lo que en principio fue un problema menor, no ilegal, de moral o ética
personal -conceptos ambos con excesivas interpretaciones-, Monago lo ha
convertido con sus estrafalarias puestas en escena, en un problema de
credibilidad que lo está dejando desasistido en Extremadura, en España y si
sigue así traspasará fronteras para acabar en el DRAE: “Monagada: empecinamiento, pertinaz testarudez para intentar cambiar la
realidad con soflamas de autocomplacencia”. Pudo reconocer lo evidente y
aceptar humildemente el error, cerrando en horas este interminable suicidio
político, pero su soberbia y egolatría lo han llevado a una espiral en la que
ya lo que menos importa son los vuelos para sus asuntos personales. Si por
ellos podía seguir, -un poco renqueante,
claro- ya no tiene otra opción que la de irse, para no hacerse más daño, para
no perjudicar más a Extremadura y para no arruinar a su partido. En el PP, me
consta, hay mucha gente sensata y, con excepción de los que están en la
mamandurria, para todos sería un alivio cerrar este capítulo que saben los está
cercenando electoralmente. Los cierre de filas, los aplausos y los apoyos
incondicionales son como flores para los muertos, que sí, que qué pena, pero
que nadie quiere en casa. Nadie, excepto Juana la Loca, quiere a un muerto en
su mesa.
En su obnubilación, Monago no es consciente de que se ha convertido en
un “hombre-risa” y que su verborrea de mercadillo el auditorio la enmarca en el
“club de la comedia”. Ha comenzado a hacer gracia y ya es un capítulo de la
chistografía nacional. ¿Puede seguir así los seis meses que restan de
legislatura? Está tan aferrado al cargo que creo que él sí puede, pero ¿puede
Extremadura? PSOE, IU (que por fin, ya veremos, se ha caído del caballo), y los
regionalistas de Crex-Prex, están obligados a entenderse para buscar fórmulas
que abrevien esta agonía. Mantener ahí a
Monago es hoy un lujo que no pueden permitirse y que Extremadura no se merece. Que
no se quejen mañana si el electorado les dice “pudisteis y no lo hicisteis,
ahora nosotros Podemos”.
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