Por eso, por empatía, por decencia, por honestidad y honradez es por lo que de una ideología hay una cantidad de empolvados y en otras hay menos. El numerito de armar escandalo en los pasillos, indica la "valentía" de cada parlamentario. Los que la arman fuera es porque no tienen bemoles o bemolas para afrontarla dentro.
Que se discuta si 300.000€ o 600.000€, son sobres o premios extralaborales, no quiere decir que no sea igual de golfo. ¿Tiene alguna justificación que a un votado se le premie con semejantes y monstruosas cantidades y a un botado laboral, se les quite hasta los miseros 400€ finales tras muchas penalidades, por haberlos votado?. ¿No tiene vergüenza suficiente la de "su puta vida", para no haber "puesto el cazo"?. Una persona que tiene catadura moral para llevárselo de esa manera, no puede sentir lastima por los que somete con su forma de hacer política.
Por otra parte, debo aclarar, que no defiendo a ninguna de las SORAYA, la segunda solo escandaliza cuando la situación la favorece, no cuando los hechos se producen. Con ésta he tenido que pasar por mi mayor desilusión, "durante mis santa vida", con la otra he constatado su calaña...
La CALAMIDAD de un pueblo no la producen quienes la sufren.
La CORRUPCIÓN la crean los corruptos.
La DEMOCRACIA no existe si no hay personas demócratas.
Joder..., ¡JODER! ¡¡¡¡600.000€!!!! Y dice: «En mi puta vida he cobrado un sobre».........
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Sáenz de Santamaría: «En mi puta vida he cobrado un sobre»
La portavoz socialista pone en duda el orígen lícito de su sueldo.
P. de las heras | Madrid 30/04/2014
La proximidad de la campaña electoral para las europeas del 25 de mayo se siente ya en el Congreso. La tensión subió ayer varios voltios cuando la portavoz del PSOE, Soraya Rodríguez, puso en cuestión la procedencia legal del sueldo que durante años cobró del PP la hoy vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, cuando ejercía como portavoz parlamentaria.
La indignación de la número dos del Ejecutivo fue tal que, en los pasillos de la cámara baja, se ha despachado con un desmentido rotundo e indignado, en un lenguaje poco habitual en ella: «En mi puta vida —subrayó— he cobrado un sobre». Lo dijo fuera del hemiciclo, ante los periodistas, pero no dentro porque, probablemente, no esperaba el reproche. Sáenz de Santamaría no niega que en la legislatura pasada recibiera, como ha asegurado Rodríguez, una retribución del PP por valor de 600.000 euros, complementaria del sueldo institucional que como portavoz percibía del Congreso. Lo que niega es que cobrara en ‘B’. Su nombre no ha aparecido jamás en los llamados ‘papeles de Bárcenas’. Y ella sostiene que ha declarado a Hacienda hasta el último céntimo.
Sembrar dudas
La portavoz socialista no dijo lo contrario. Lo que hizo Rodríguez, durante la sesión de control al Ejecutivo, fue sembrar dudas sobre el origen de los salarios que, no sólo Sáenz de Santamaría sino todos los dirigentes populares, cobraron y declararon. En el caso del cabeza de cartel al Parlamento Europeo, Miguel Arias Cañete, serían 300.000 euros
«¿No han pensado ustedes que sin esas ‘cajas B’ —señaló en referencia a la supuesta financiación irregular detectada en el caso Gürtel— no habría sido posible que ustedes se embolsaran esos sobresueldos?». Con ese argumento, la política socialista formuló un reproche moral
«¿No han pensado siquiera en devolverlo hasta que tengan la conciencia clara de que no tiene origen ilícito?» Ese fue, en todo caso, el colofón a una intervención muy bronca en la que llegó a llamar «mentirosos» a los miembros del Gobierno por decir que las empresas de Arias Cañete, ya ex ministro, no tenían relación con la administración pública.
Rodríguez aseguró que hay constancia de esa relación y, como prueba, presentó un contrato de suministro de gasóleo para las instalaciones del Instituto Insular de Deportes de Gran Canaria, publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Las Palmas en septiembre de 2011 y adjudicado a Petrologis Canarias S. L., empresa participada, según el PSOE, por el exministro de Agricultura.
Saénz de Santamaría contraatacó recordando que la portavoz socialista cobró durante varios meses la cesantía que le correspondía como exsecretaria de Estado de Cooperación, al mismo tiempo que su sueldo como portavoz, hasta que el Ejecutivo del PP decidió acabar con esa suerte de indemnizaciones a exaltos cargos a la que, por cierto, Alfredo Pérez Rubalcaba había renunciado de antemano voluntariamente. «Usted es -le ha recriminado- de las que primero habla y luego piensa
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