SI NO LO DIGO REVIENTO
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¿PERO QUIÉN PARIÓ A JUAN ANTONIO REIG PLA?
P.C.G. – Madrid.
Vaya ya hacía tiempo, que no le dedicaba un pequeña glosa señor Obispo, pero hoy, no tengo por menos, porque ya me ha tocado el alma; si, si, ahora se llama así, es por aquello de la educación y el respeto hacia los posibles lectores de esta entrada, me ha tocado el alma, con sus declaraciones.
Pensando en ello yo me pregunto pero ¿Quién parió a Juan Antonio Reig Pla?, no lo digo en sentido despectivo, no, lo digo porque oyendo sus palabras, parecería que este personaje hubiera salido del vientre de un animal sin dotes para la reflexión y el pensamiento, parece un ser de otro mundo de otra dimensión de otra estirpe pero desde luego no parece un ser con condición humana.
Por otra parte, pienso que un ser que puede llegar a pensar así y que le han educado; Dios sabrá donde, en qué lugar está dejando la figura de la mujer, en qué lugar está dejando al ser que le dio la vida y su propio ser y que desde luego no creo que solamente se abriese de piernas para engendrarlo sin el puro conocimiento del acto y del amor que puede entrañar traer un hijo al mundo y darle la vida. Me pregunto señor Obispo, mire que si le oye o le pudiese oír, que le diría, llevando las cosas a los extremos que Usted acostumbra.
Me planteo a esa madre saliendo por la calle y teniendo que mirar a los ojos a sus semejantes, sabiendo que hecho al mundo a un ser tan despiadado y despreciable como Usted.
No sé si Francisco, será participe de sus palabras, o tal vez como Esperanza Aguirre, o es que es Usted también, el verso suelto de la Iglesia. Que afán de protagonismo, si se hubiera dedicado a las variedades, desde luego como cabaretera; con perdón de las cabareteras por la comparación y sin afán de ofenderlas, ya que estas realizan su trabajo con toda dignidad, Usted desde luego, no tenía precio, por que vaya numerazos que nos prepara.
Pues bien Señor, no tiene Usted la categoría ni los reaños suficientes, para poder insultar de esta manera, a las personas que ha nombrado en su soflama, esas personas a las que todos conocemos por el nombre de MUJERES, ellas, Piensan, Sienten, Aman, Quieren y hasta se reproducen sabe y no olvide que son ellas, junto a sus maridos, las que toman la firme decisión de engendra a sus hijos, por los que se desviven y por los que darían la vida si fuera necesario, como ocurre en el propio acto del alumbramiento. Pero no olvide tampoco, que ellas y por mucho que alguien pueda creer que no es así, ya que la hipocresía campa a sus anchas por doquier, son ellas y nadie más, las que deciden si quieren traer a sus hijos al mundo o no ¿Y sabe esto que quiere decir? Pues quiere decir; como ya le he comentado anteriormente, que piensan y piensan más que Usted, que cuando abre ese buzón que tiene por boca, desde luego sube el pan y de qué manera, eso y la lista del paro, creo que últimamente es lo que más sube en este país.
Carísimo Obispo, ha visto usted lo de Rouco, si, si, no lo de la homilía del funeral de Suarez no, quiero decir lo de la jubilación, a ver cuándo un buen día, nos da usted esa alegría y nos comunica que se retira a la vida contemplativa de su mundo, que es donde mejor favor se podría estar haciendo a sí mismo y a la humanidad.
La defensa de los derechos y libertades de la mujer, es una lucha continua por si aún no se ha dado cuenta, muchas dieron sus vidas por la causa y no están dispuestas créame, a dar ni un paso atrás y quien se ponga enfrente suya, estoy seguro, que acabará pagando por ello y quien tenga oídos que oiga.
No las insulte más y piense en ello, no pida que nadie rece por ellas, sean más o menos feministas, no, no lo pida, pida mejor que recen por Usted, porque ni el mismo satán tendrá un lugar para poderlo poner en el más allá, cuando le llegue su momento, ¿pero quien querría tener en sus filas tan semejante ejemplar?
Pues nada Obispo, que hasta la próxima, que en esta semana, ya van dos veces que lo repito pero no me canso, porque estoy seguro que volverá en cualquier rato sobre sus andanzas.
Pero mire, porque no se dedica a predicar el evangelio, si, si, el evangelio, ya que lo que usted hace, no se puede decir que sea predicar, no, en todo caso el mejor apelativo seria calificarlo, es como ladrar, aunque ni siquiera podría comparársele con ellos, ya que esto lo suelen hacer animalitos que no son racionales, pero que, aun que como bien decimos muchas veces, ellos sí que son el mejor amigo del hombre, no como Usted señor Obispo.
Va, hasta pronto personaje y ahora vas y lo cascas.
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