COPIO, CORTO Y PEGO.
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Falciani contra la corrupción, la jauría contra Monedero
Rosa María Artal | El Diario | 10/02/2015
La publicación de la lista Falciani de irregularidades fiscales de altos vuelos ha sorprendido a los Notables del
país (políticos y prensa tradicional) en plena campaña contra Monedero,
el mentor de Podemos. Los manejos desvelados de la filial suiza del
banco británico HSBC para con sus clientes selectos (más de 100.000,
entre ellos 4.000 relacionados con España) constituyen un escándalo de
dimensiones descomunales. Porque, entre los casos presentados, hay
algunos en los que la propia entidad bancaria asesora cómo ocultar
patrimonio en paraísos fiscales. Y sin mirarle la cara al dinero: en la
lista lo hay procedente del narcotráfico y hasta del terrorismo.
Poco a poco la trascendencia
de la noticia despereza a los medios que tienden a no hablar cuando la
noticia la han generado medios ajenos. Otros han decidido que el #SwissLeaks no va con ellos, o va muy poco,
sobre todo si tienen a mano a Juan Carlos Monedero o a cualquiera de
Podemos. Esa coincidencia hace más flagrante comprobar a qué se dedican
muchos periodistas. O políticos. Aquí tenemos a la muy valorada
vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría culpando a Monedero poco menos
que del deterioro de la sanidad y la educación porque
tardó en hacer una complementaria de 200 mil euros. Aguardamos sus
palabras para saber en qué cuantifica el destrozo que se podía haber
paliado con el cobro a tiempo de los impuestos de los 2.000 millones de
Emilio Botín ocultos a través del HSBC. Y lo impagado de cada uno de los
que se irán sabiendo.
Siguen empecinados con esas
portadas que acusan a Monedero de cobrar 35.000 euros de Venezuela o
similares, cuando no se emplean en contar el material antidisturbios que el gobierno español vende a “los bolivarianos” para
que sacudan a la disidencia, en los que se incluye hasta cianuro.
Informando se apartarían del objetivo: la maquinaria trata –con cierto
éxito al parecer- de afianzar la creencia de que todos son tan ladrones
como ellos y no hay nada mejor que seguir como estamos.
El profesor que gestó
Podemos ha ganado dinero. No tuvo la previsión de irse a vivir a un
cajero automático como se exige a la gente de izquierdas para que luchen
contra las desigualdades. Es cierto que las sociedades pantalla para
eludir o gestionar impuestos no son muy airosas, pero a ellas aboca la
legislación española para solventar auténticas arbitrariedades. En Suiza
disponen no ya de pantallas, sino de todo el sistema solar. Hemos
dejado que nos montaran un mundo muy corrompido.
Lo realmente dramático es
volver a toparse con la realidad de una población, la española, con
graves defectos estructurales. Ver cómo le cuelan una y otra vez lo que
prebostes del sistema corrupto quieren inocularles. La desmesura
desplegada contra Juan Carlos Monedero queda fuera de toda objetividad.
Una cosa es la búsqueda de respuestas, la necesaria crítica, y otra esta
carnicería.
Estamos hablando de un país
saqueado en sus arcas públicas, en sus derechos y en las más
elementales normas de la decencia. Según los técnicos de Hacienda, más
del 70% de la evasión fiscal la practican las grandes empresas. El 94%
de las sociedades del IBEX se alojan en paraísos fiscales, en acelerado y
espectacular aumento al que ni de lejos se le pone freno. El ministerio
que regenta Cristóbal Montoro se marcó una amnistía fiscal por la que
los impuestos les salieron casi gratis a una cuadrilla de delincuentes
que tuvieron a bien regularizar sus cuentas sin costo penal alguno.
Lo robado a saco de las
arcas públicas en los múltiples casos de corrupción que nos anegan se
cuantificó –según cifras muy cándidas- en 40.000 millones anuales. Hervé
Falciani ha declarado que perdemos cada año en evasión fiscal el
equivalente a la totalidad de la deuda. Y aún no salimos de una Gürtel
cuando nos nace una Púnica, unos ERE o cualquier herencia en Andorra,
con este remate en las montañas suizas que corona la supina
desvergüenza. Y ni dios devuelve lo sustraído.
Y en este escenario ¿las
cuentas de Juan Carlos Monedero y su regularización fiscal son para
tener la repercusión que están teniendo? Recordemos que siguen abriendo
portadas de diarios de referencia y de los otros y copan las
programaciones y las conversaciones. No hay vez que se conecte con un
debate y no aparezcan ejemplares de una jauría, en la que se reconocen
notables sustentadores de corruptos acreditados, vociferar contra
Monedero o Podemos. Monedero suscita declaraciones tan desorbitadas y
ridículas como éstas (de políticos de partidos pringados) que le comparan con Bárcenas. O la flagrantedesigualdad de trato por parte de los poderes del Estado.
Ha calado la idea de que
los ricos, “la gente bien”, puede defraudar impuestos por derecho. Es lo
natural. El conservadurismo español que tenemos al mando ni se lo
cuestiona, según los indicios. La clave está en ese sector de la
sociedad española que en el fondo se siente muy cómodo con la bota en el
cuello: le evita el problema de pensar. Ése que se deja llevar del
ronzal o que camina obediente en manada cuando los guardianes le
conducen al establo o al matadero. Algunos ni son conscientes de ello.
De antiguo se ha hablado de
la envidia como uno de los peores defectos de los españoles, uno de sus
“pecados capitales”. Las cabezas visibles de Podemos son profesores y
visten en Alcampo, los ven como sus iguales. Y los iguales no pueden
destacar. Han saltado también a dentelladas como los perros que les
acotan. “Faltaba más, con lo que presumían”, es el principal argumento.
Otro sector, alimentado en
la puerilidad, se desencanta al comprobare que las personas y las
organizaciones no son inmaculadas. Y pasa del blanco al negro, del bien
al mal rotundo, del siempre al jamás, y odia quien amaba con los mismos
escasos indicios en ambos casos. El maniqueísmo propio de las sociedades
inmaduras. La vida, quizás, es gris, algunas veces.
Otro cierra los ojos, por rechazo, sin prestar la imprescindible vigilancia al funcionamiento de todo partido o asociación.
Para alguien que siga la
actualidad a diario, la realidad española muestra interminables
evidencias de disfunción grave. Lo olvidamos en la aceleración de los
días pero es atroz. Nos encontramos con gente tendida en los pasillos de los hospitales,
enfermos en peligro de muerte a los que no se suministran medicinas
“porque son caras”, personas que no pueden encender la calefacción ni en
la ola de frío, carreteras cortadas y pueblos aislados por la nieve
durante días cuyos responsables no sufren los rigores mediáticos como
sucedió con otros gobiernos. El espectacular saqueo de Caja
Madrid/Bankia, convertido en un virreinato a expurgar.
Y que sigue dejándonos en herencia deudas. Las noticias a encadenar que
nos contaba el domingo InfoLibre: la gran banca gana un 27% más en
2014, casi 10.000 millones, mientras el Banco de España admite malas
prácticas en el 70% de las reclamaciones de los usuarios. Cómo,
entretanto, nos han dado un sablazo antológico en el precio de los servicios públicos. El goteo del incesante crecimiento de la desigualdad que pagaremos durante décadas.
Y, además, la cadena
perpetua que desde este martes se dispone a manchar de ignominia nuestro
ordenamiento jurídico. Esas extrañas coincidencias que suceden con los
litigios en este país: el juez que condena a Bárcenas por vulnerar el derecho a la intimidad de Cospedal tiene
tal grado de amistad con ella que asistió a su boda. El escándalo de
manipulación de la televisión pública nacional, llegando al punto de
construir una redacción paralela para las elecciones. Una Aguirre que se
planta en Antena 3 a decirles de qué no deben informar bajo amenaza de
llamar al dueño que, también, “es amigo suyo”, refriéndose al ahora
fallecido José Manuel Lara y a Podemos. Y todo se traga como si nada.
Esto es lo que tratan, con golpes bajos, de mantener.
Al paso que vamos se van a
quedar. Revalidando estas políticas y gestos. Con sus corrupciones, sus
cuentas en Suiza, sus hirientes burlas, sus pactos. Aunque no todo está
perdido. Existe un Poder Ciudadano que ha emergido ya. Por el camino que
tome, continuará avanzando. Es demasiado hartazgo, demasiada dignidad
pisoteada. Demasiados ataques a la inteligencia y al concepto más
elemental de justicia. Tarde o temprano operará cambios y lo saben. ¿Por
qué si no semejante campaña? Con tal encono, todos a una. ¿Hay quien
piense es en interés de la sociedad?
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