miércoles, 8 de enero de 2014

PREFERENTES BANKIA: FORRÁNDOSE CON LA INDECENCIA (3/3)

                           Con este parcial, se completa la "trilogia" 
                               comenzada hace dos días.

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La auditoría realizada evidenció, entre otras muchas irregularidades, el reparto de cheques gasolina para facilitar los desplazamientos a los participantes de la Olimpiada, y cuatro meses después de terminado el evento, seguían llegando cheques de gasolina para su cobro.
Entre los gastos realizados, sin pedir presupuesto previo, figuraba uno de 7 millones de pesetas en teléfono en los estadios donde se organizaron las actividades.

José María Aznar da un discurso en El Montico (Valladolid). Foto: C. Arranz
Pero qué cabía esperar del equipo de un José María Aznar, entre cuyos miembros destacaban varios exfalangistas. Caso del delegado territorial en Zamora, Juan Seisdedos Robles, que en julio de 1974 escribía en papel con el yugo y las flechas: "En dicho acto deberás pronunciar unas palabras que pongan de manifiesto la importancia de las obras inauguradas, importe de las mismas, etc., y cuantos aspectos consideres importantes en torno a la fecha del 18 de julio como bandera y símbolo de un sentir común, de una fé (sic) colectiva, de una entrega total, de un afán noble y esperanza iluminada y creadora del pueblo en marcha hacia un definitivo destino histórico. Te ruego me comuniques el haberlo efectuado".
                                                                            


El grado de corrupción y compadreo era tal, que como botón de muestra se puede esgrimir una carta que Isabel Tocino, cuando era diputada y antes de ser ministra, escribió a Aznar cuando era presidente de Castilla y León, recomendando a una estudiante de Derecho para que la encontrara "un puesto de trabajo en Segovia dentro de la Junta de Castilla y León".
En fin... lo que queda por escribir.
Más que un portavoz
Miguel Ángel Rodríguez Bajón (Valladolid, 1964) -también conocido por MAR-  antes de cumplir los 20 ya brujuleaba por la redacción de El Norte de Castilla. Gustaba de encargar tarjetas de visita con rimbombantes cargos y presumir de imaginario despacho. En las elecciones autonómicas de 1987 José María Aznar se le apareció como si de la virgen de Lourdes se tratara. Quedó tan deslumbrado por el que llegaría a ser presidente del Gobierno de España, que prometió seguirlo. Primero como portavoz de la Junta, después como jefe de gabinete de prensa.
MAR desde pequeño demostró veleidades literarias. En el colegio de curas en el que estudió, escribió algunas cosas que él incorporaría después a su particular currículo como 'obras de teatro'. No eran otra cosa que, por ejemplo, una adaptación juvenil de Jesucristo Superstar.
A la salida de clase de COU empezó a pasarse por El Norte de Castilla, en el que enseguida dejaría constancia de sus irreprimibles ganas de pasar de meritorio a sentar cátedra, por encima de su inmadurez. Pronto se hizo con corresponsalías nacionales y colaboraciones en radio y televisión regional, que le acreditaban como una 'promesa' del periodismo. No tenía reparos en inventarse una biografía con compromiso político a favor de las libertades, incluso su 'realismo mágico' le llevó a presumir de haber militado en el PCE.
El periódico de Miguel Delibes encargó a Rodríguez cubrir la campaña electoral de José María Aznar a la presidencia de la Junta de Castilla y León. El flechazo entre el político desconocido -nacido en Madrid y que había tenido que empadronarse a última hora en Ávila para poder ser candidato y declarando como domicilio la sede del partido-, y el joven periodista hizo que este último abandonara el periódico para entregarse en cuerpo y alma a Aznar, que acabó por arrebatar a los socialistas la presidencia de la Junta.
Tarjetas de visita y despacho -ahora sí- repartió millones que guardaba interesadamente en su cajón de portavoz y manager de la campaña de marketing que lanzaría a Aznar al ruedo político nacional. La edición de su novela 'Marta' por Everest fue relacionada como pago a la compra que en 1988 hizo el portavoz de casi 68 millones de pesetas en libros de la citada editorial.
Su salida como portavoz libró a Everest de la edición de una segunda novela ('Las últimas horas del barrio de la Cruz'), con la que MAR hubiera completado su currículo, aunque entonces ya se había iniciado en los negocios en empresas relacionadas con la imagen y la comunicación.
Antes de abandonar el despacho en la Junta, dejó a su sucesor, Carlos López de Francisco, una relación de doce periodistas de medios públicos y privados con referencias profesionales, políticas y personales.
De la dura vuelta a la realidad del periodismo diario en provincias se salvó al asumir la realización de un proyecto -que acabaría en fracaso- para acceder al reparto de licencias de FM para una cadena regional auspiciada por El Norte de Castilla. La concesión de una única emisora hizo que las tarjetas de 'director general' no pudieran ser estrenadas.
La decisión de Aznar de aspirar a liderar el PP y ser candidato a la Moncloa hizo que MAR comunicara a su redactor jefe que al día siguiente no contara con él, porque marchaba a Madrid "a hacer un presidente". Tarea que consumó desde Génova 13.
Después, seguiría con sus negocios en empresas de comunicación y publicidad -fue presidente de la multinacional CARAT-, y ejerciendo de tertuliano en los medios más recalcitrantes del país.
Hoy, 3 de mayo, ha tenido un accidente de tráfico por conducir ebrio. Hasta en esto hizo caso a José María Aznar, cuando contestó a una campaña de la Dirección de Tráfico -en los tiempos del PSOE-, que a él nadie le tenía que decir lo que debía o no debía de beber.



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