El informe de los peritos del Banco de España sobre las irregularidades contables de Bankia enumera también las operaciones irregulares que los actuales gestores de la entidad han denunciado ante la Fiscalía. La mayoría se refieren al ladrillo, están incluidos nombres ilustres como Martinsa-Fadesa, Polaris World, Pinar o Sando, y aparecen operaciones disparatadas en Quart de Poblet o Villanueva del Pitamo. Y también se incluye otra muy sangrante: un acuerdo con la aseguradora Caser que le garantizaba cobrar las preferentes mientras los pequeños clientes perdían su dinero.
Los peritos extraen estos pufos de la información que Bankia puso a disposición de la Fiscalía en mayo de este año y sobre los que se está elaborando un informe forensic parecido al que se hizo en el caso Pescanova. Será entonces cuando se conozcan todos los detalles, pero lo recogido por el Banco de España es suficientemente jugoso. Se supone que hubo de forma generalizada trato de favor, ausencia de justificación económica o de evaluación del riesgo, e incluso operaciones vinculadas a miembros del consejo que pretendían dar pelotazos con el chorro inacabable de dinero que les inyectaban las cajas que dieron lugar a Bankia.
Así, un ejemplo es la empresa Desarrollos Urbanísticos Sevilla Este, una sociedad creada junto a la constructora Sando, a la que Caja Madrid concedió un crédito de 235 millones en 2007 para la adquisición de suelo en la capital andaluza, que nunca se llegaron a concluir. Ante el deterioro de la situación, la caja apenas dotó provisiones, cosa que al auditor, Deloitte, le parecía muy bien (esta es una constante en todas las operaciones). Esta empresa aparece conectada con el caso Mercasevilla, una supuesta venta fraudulenta de terrenos y corrupción, a través del exasesor del Ayuntamiento de esa ciudad, Domingo Enrique Castaño. Este asunto está en manos de la juez Mercedes Alaya.
El presidente de Martinsa-Fadesa, Fernando Martín. (EFE)
El presidente de Martinsa-Fadesa, Fernando Martín. (EFE)
Pero hay otro escándalo aún más llamativo sin salir de Sevilla. La Caja Madrid que presidía Miguel Blesa creó junto al Grupo Pinar (familia Sánchez Carrascal) una sociedad para comprar suelo en la localidad de Villanueva de Pitamo en 2008, con un crédito de 32,62 millones. La auditoría interna realizada por la actual Bankia concluye que era un cúmulo de despropósitos: “La operación no tiene sentido económico: se compró un suelo no urbano en el pueblo sevillano de Villanueva del Pitamo. Se financió un importe mayor que el propio valor de tasación (sin norma ECO). Se propone revisar: la razonabilidad económica de la operación y el porcentaje de financiación en relación al valor de tasación (Ltv). Tasación no ajustada a normativa ECO".
No es el único pueblo en que Bankia se metió a comprar suelo de forma incomprensible. También lo hizo la antigua Bancaja en la localidad valenciana de Quart de Poblet, a través de la sociedad Iniciativas Inmobiliarias Ferrobús. En este caso, lo que está en tela de juicio es la financiación de la compra de acciones de esta empresa, ya que tampoco hay una razonabilidad económica; de hecho, los suelos que eran el activo de la compañía también habían sido financiados por la caja valenciana, por encima del valor de una tasación que tampoco era normalizada. Además, este crédito se refinanció en 2010, ya con Rato al frente de la entidad, pese a que un analista independiente dio una opinión desfavorable basada en que la compañía no tenía viabilidad ni garantías suficientes. Aun así, el comité de riesgos recomendó la operación.
Polaris World, Martinsa-Fadesa y Villar Mir
En la zona mediterránea, la mayor pillada de la entidad se da en el famoso Polaris World que anunciaba José Antonio Camacho ("imparable"). En 2009, Bankia constituyó una empresa con tres socios para subrogarse a un crédito de Polaris por 79,5 millones dentro de la refinanciación de la insolvente compañía murciana. De nuevo, una operación que adolece de razonabilidad económica y con una elevada concentración de riesgos. Los compañeros de viaje de la entidad en esta operación eran su filial Banco de Valencia, la CAM (posteriormente intervenida por el Banco de España) y Popular.
Pero la mayor operación denunciada ante la fiscalía se refiere a Martinsa-Fadesa, la inmobiliaria que protagonizó el más importante concurso de acreedores de la historia de España. Bankia aportó 875 millones para financiar la megalómana OPA que lanzó Fernando Martín en diciembre de 2007 sobre la inmobiliaria creada por Manuel Jove, y la actual Bankia cuestiona la evidente concentración de riesgos y el posible trato de favor. Pese a que Martinsa-Fadesa declaró el concurso en julio de 2008 y a que sólo el 28% del préstamo tenía garantía real, la entidad sólo provisionó el 40% del crédito. Con la aquiescencia de Deloitte, claro. Además, otros 73,5 millones se destinaron a la adquisición de la llamada 'Unidad de Centralidad' en Arganda del Rey, el mayor pelozato de la trama Gürtel por el que Francisco Correa se embolsó supuestamente 12 millones.
Finalmente, la operación donde más delitos potenciales aparecen es un préstamo de 141,4 millones a una sociedad conjunta con Inmobiliaria Espacio, propiedad de otro nombre ilustre: Juan Miguel Villar Mir. Aquí los actuales gestores aprecian indicios, aparte de la habitual falta de razonabilidad económica y de control de riesgos, de operaciones vinculadas con miembros del consejo, que se manifiestan en que los suelos financiados eran propiedad de los accionistas de la sociedad. Es decir, los accionistas de Espacio vendían los suelos a la empresa conjunta, que los compraba con la financiación de Bancaja. Y todos ganaban. Pero si el mercado se hundía, la pérdida era para la entidad financiera.
Caser se garantizó recuperar el dinero de las preferentes
Finalmente, otra de las irregularidades que examina el informe de los peritos del Banco de España es la venta de preferentes a la aseguradora Caser, propiedad de un grupo de cajas de ahorros. El escándalo no es esta venta, normal dado que las cajas que se fusionaron en Bankia vendieron preferentes a todo incauto que se dejó; es que la aseguradora las adquirió con una garantía de que cobraría siempre el cupón aunque las entidades no lo pagaran al resto de preferentistas (el cupón se suspendía si no había beneficios). Es más, tenía un compromiso de amortización anticipada; es decir, de que las entidades le recomprarían sus preferentes en un plazo determinado pese a ser teóricamente perpetuas.
Caser Seguros.Caser Seguros.Las cajas que firmaron estos acuerdos fueron las de Rioja, Ávila, Segovia y Canarias. Y el importe de la transacción no era nada despreciable: 225 millones. También se incluían algunas emisiones de deuda subordinada. El Banco de España cuestiona que estas condiciones permitan a las preferentes computar como recursos propios de Bankia, ya que, para ello, no pueden existir esas garantías: no hay cupón si no hay beneficios, y no hay garantía de recompra porque son perpetuas. Pero lo grave es el agravio comparativo con los clientes particulares de estas entidades, que perdieron el grueso de sus ahorros al no contar con estas garantías que se le concedieron a Caser.