viernes, 14 de marzo de 2014

PREFERENTES BANKIA: PILAR MANJÓN "EL PERDÓN PURIFICA"

El tema es peliagudo. La opinión de los que intentan, a toda costa, revivir la "teoría de la conspiración", encierra una intención tan canalla que, lo mejor es silenciarla. La ambición perseguida por la Cospe, como la del Rouco que se nos va, como el que se ha tenido que meter por el cu.. Eurovegas, solo merece la pena ignorarlas

El respetable y respetadísimo Juez Gómez Bermúdez, lo dijo claro: O ignorantes o malintencionados. Solo necesitan leer diez paginas.

A partir de aquí, todo el que opine lo contrario es que son ciegos de los que no quieren ver. A eso se le llama mala leche. Deseos de envenenar. Enzarzar a una población. En cualquier caso, crear una rara situación para sacar tajada.

Aquí la técnica de la esquiva, no da mucho de si. Una no quiere hablar del esposo que nunca menciona. Otro quiere resucitar el nefasto año 1.936, y, el otro..., no se. Quizas se le revuelvan las tripas hablando de su maldito ático.

En estos actos, aún hubo que afrontar otro desaire. Hubo que tragarse la arrogancia de la corta, sobria y antipática dedicación, pobre en tiempo y en ternura. Por parte de quien tanta igualdad pregona y que no repara en pedir perdón.

Todo excesivamente lamentable. En cuanto a que "el dolor purifica", también es cierto que mete en un estado de "indefensión aprendida", hasta la absoluta sumisión, por culpa del abandono institucional y partidista..

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                                          Diario de León.

EL ABANICO

Pilar Manjón: el perdón purifica


Rosa Villacastín 14/03/2014
Diez años es poco tiempo para olvidar a quiénes murieron y sufrieron secuelas en el atentado del 11M. Diez años es una eternidad si además del drama de perder a un hijo, a un padre, a un hermano, a un amigo, a un vecino, tienes que soportar el insulto y la calumnia de quienes apoyaron la teoría de la conspiración.
De ahí lo importante que fue ver juntas a las presidentas de las asociaciones de víctimas. Tres mujeres unidas por el dolor de haber perdido a sus seres más queridos. Tres mujeres haciendo de tripas corazón para que la unidad conseguida después de años de distanciamiento no se rompiera cuando quien tenía que haber puesto bálsamo en sus heridas, fuera el primero en desenterrar el hacha de guerra. Me estoy refiriendo a Antonio María Rouco, el ultra conservador arzobispo de Madrid, y también por qué no decirlo, a los presidentes de la Comunidad de Madrid y de Castilla-La Mancha, quienes el día anterior al Funeral de Estado volvieron a posicionarse al lado de quienes durante todos estos años no han hecho otra cosa que sembrar dudas sobre un juicio del que todos deberíamos sentirnos orgullosos. Un juicio del que salió fortalecida la democracia y la imagen de un país que ante catástrofes como la sufrida aquel maldito 11 de marzo del 2004, dio sobradas muestras de su humanidad y solidaridad, pero sobre todo de la capacidad de los cuerpos de seguridad para atender a los heridos, y detener a los asesinos en un tiempo récord.
De aquellos días me quedo con una frase de Pilar Manjón, con la que tuve oportunidad de hablar por teléfono: «Rosa, el dolor purifica». Debe ser cierto porque sólo una mujer con su fortaleza, su honestidad, es capaz de soportar los insultos y las vejaciones de que ha sido objeto por parte de quienes fueron y son incapaces de ponerse en su piel, y en la piel de quienes se levantan cada mañana, con el dolor de saber que ya nunca más volverán a recibir el beso de su hijo, de su padre, de su marido o de su hermano muerto.

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