Buzón de voz
Expedientes entre amigos
Conviene empezar citando a los
protagonistas. Primero, Rodrigo Rato, ex vicepresidente del Gobierno con
Aznar, ex director del FMI y ex presidente de Bankia, entre otras
muchas cosas. Segundo, Luis de Guindos,
actual ministro de Economía, entre otras muchas cosas ex director en
España y Portugal de Lehman Brothers, cuya quiebra hace ahora cinco años
dio origen a la mayor crisis financiera desde los años treinta del
siglo XX. Tercero, Elvira Rodríguez,
presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ex
ministra y ex diputada, entre otras cosas. Y cuarto, un juez de la
Audiencia Nacional, Fernando Andreu, instructor del 'caso Bankia'. (Porque ya no quedan casi argumentos en España en los que al final no aparezca un juez). Vayamos a los hechos.
Uno de los avisos más claros de la gravedad de la situación en la que estaba Bankia a principios de 2012 fue la negativa de la auditora Deloitte a firmar el cierre contable correspondiente a 2011. Rodrigo Rato y su equipo dedicaron meses a marear una perdiz que ha costado miles de millones de euros a los contribuyentes. Enviaron finalmente en abril a la CNMV unas cuentas con beneficios y sin el informe preceptivo de la auditora. El 7 de mayo, Rato se vio obligado a presentar la dimisión tras un fin de semana de infarto que incluyó reuniones del ministro Luis de Guindos con el propio Rato y con los presidentes de Santander, La Caixa y BBVA, que han relatado (tranquilamente) en sede judicial cómo transmitieron al Gobierno lo que debía o no hacer con el agujero de Bankia. En pocos días se comprobó que en realidad la entidad heredera de Cajamadrid tenía unas pérdidas de más de 4.000 millones, y en un par de semanas el cálculo de las ayudas públicas necesarias para salvar la entidad pasó de los 9.000 millones anunciados con gran seguridad por Guindos a los 22.000 millones que finalmente pidió José Ignacio Goirigolzarri.
Por aquellas fechas, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), presidida entonces por Julio Segura, abrió "de oficio" un expediente administrativo sancionador ante el retraso en la presentación de las cuentas, pero ese expediente quedó paralizado en cuanto se inició la causa judicial en la Audiencia Nacional. Al parecer es lo habitual. Pues bien, el juez que lleva el caso acaba de indicarle a la CNMV que va siendo hora de que haga lo que le parezca oportuno con aquel expediente, puesto que no ve concidencia alguna entre los hechos investigados por la vía penal y la materia que corresponde al órgano de control de los mercados de valores.
Elvira Rodríguez tiene la palabra
De modo que ahora la posibilidad de una sanción a Rodrigo Rato y su equipo por las escandalosas cuentas de Bankia en 2011 queda en manos de Elvira Rodríguez. Además de los cargos ya citados, viene muy a cuento recordar que el primer puesto de responsabilidad de Rodríguez fue el de Directora General de Presupuestos a las órdenes de Rodrigo Rato. Y que en el mismo equipo y en la misma fecha y también nombrado por Rato estaba Luis de Guindos, porque antes de fichar por Lehman Brothers ya fue director general de Política Económica y después secretario de Estado de Economía en los Gobiernos de Aznar.
Un expediente sancionador en la CNMV no lo decide sólo su presidenta sino el Consejo, después de que los servicios jurídicos cumplan su obligación. Suelen tardar 18 meses. Con lo que se ha ido conociendo acerca de la gestión de Bankia, el retraso en la presentación de las cuentas puede parecer casi una anécdota, aunque la ausencia del informe de auditoría debería haber acelerado todas las alarmas. (Lo debe saber bien Elvira Rodríguez, formada como interventora de Hacienda).
La cuestión de fondo tiene que ver con la credibilidad de los órganos de control. Tres viejos amigos se cruzan en el trámite de un expediente cuyo acusado principal es quien situó a los otros dos en la pista de salida de sus carreras políticas. ¿Es posible una decisión técnica, objetiva, neutral? Lo sería si en este país los órganos de control y los reguladores ofrecieran las mayores garantías de independencia y profesionalidad. Y si la normativa que aplican fuera muchísimo más exigente con las empresas y bancos a los que supuestamente se vigila. Y si los procesos no fueran tan opacos. Y si la investigación no se dilatara año y medio. Y si las sanciones finalmente impuestas no fueran tan baratas respecto a las infracciones cometidas. Y... Demasiados condicionales para que, además, tres viejos amigos se vuelvan a cruzar.
Uno de los avisos más claros de la gravedad de la situación en la que estaba Bankia a principios de 2012 fue la negativa de la auditora Deloitte a firmar el cierre contable correspondiente a 2011. Rodrigo Rato y su equipo dedicaron meses a marear una perdiz que ha costado miles de millones de euros a los contribuyentes. Enviaron finalmente en abril a la CNMV unas cuentas con beneficios y sin el informe preceptivo de la auditora. El 7 de mayo, Rato se vio obligado a presentar la dimisión tras un fin de semana de infarto que incluyó reuniones del ministro Luis de Guindos con el propio Rato y con los presidentes de Santander, La Caixa y BBVA, que han relatado (tranquilamente) en sede judicial cómo transmitieron al Gobierno lo que debía o no hacer con el agujero de Bankia. En pocos días se comprobó que en realidad la entidad heredera de Cajamadrid tenía unas pérdidas de más de 4.000 millones, y en un par de semanas el cálculo de las ayudas públicas necesarias para salvar la entidad pasó de los 9.000 millones anunciados con gran seguridad por Guindos a los 22.000 millones que finalmente pidió José Ignacio Goirigolzarri.
Por aquellas fechas, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), presidida entonces por Julio Segura, abrió "de oficio" un expediente administrativo sancionador ante el retraso en la presentación de las cuentas, pero ese expediente quedó paralizado en cuanto se inició la causa judicial en la Audiencia Nacional. Al parecer es lo habitual. Pues bien, el juez que lleva el caso acaba de indicarle a la CNMV que va siendo hora de que haga lo que le parezca oportuno con aquel expediente, puesto que no ve concidencia alguna entre los hechos investigados por la vía penal y la materia que corresponde al órgano de control de los mercados de valores.
Elvira Rodríguez tiene la palabra
De modo que ahora la posibilidad de una sanción a Rodrigo Rato y su equipo por las escandalosas cuentas de Bankia en 2011 queda en manos de Elvira Rodríguez. Además de los cargos ya citados, viene muy a cuento recordar que el primer puesto de responsabilidad de Rodríguez fue el de Directora General de Presupuestos a las órdenes de Rodrigo Rato. Y que en el mismo equipo y en la misma fecha y también nombrado por Rato estaba Luis de Guindos, porque antes de fichar por Lehman Brothers ya fue director general de Política Económica y después secretario de Estado de Economía en los Gobiernos de Aznar.
Un expediente sancionador en la CNMV no lo decide sólo su presidenta sino el Consejo, después de que los servicios jurídicos cumplan su obligación. Suelen tardar 18 meses. Con lo que se ha ido conociendo acerca de la gestión de Bankia, el retraso en la presentación de las cuentas puede parecer casi una anécdota, aunque la ausencia del informe de auditoría debería haber acelerado todas las alarmas. (Lo debe saber bien Elvira Rodríguez, formada como interventora de Hacienda).
La cuestión de fondo tiene que ver con la credibilidad de los órganos de control. Tres viejos amigos se cruzan en el trámite de un expediente cuyo acusado principal es quien situó a los otros dos en la pista de salida de sus carreras políticas. ¿Es posible una decisión técnica, objetiva, neutral? Lo sería si en este país los órganos de control y los reguladores ofrecieran las mayores garantías de independencia y profesionalidad. Y si la normativa que aplican fuera muchísimo más exigente con las empresas y bancos a los que supuestamente se vigila. Y si los procesos no fueran tan opacos. Y si la investigación no se dilatara año y medio. Y si las sanciones finalmente impuestas no fueran tan baratas respecto a las infracciones cometidas. Y... Demasiados condicionales para que, además, tres viejos amigos se vuelvan a cruzar.
Estos tres amigos RATO, ELVIRA y GUINDOS Desde mayo de 1996 en el consejo de ministros que es cuando aprueban la gran estafa para los minoristas llamada preferntes,con ALIBABA al frente del gobierno , que hoy 17 años despues nos tranten de seguir engañando ,manipulando menos preciando la cultura del pueblo unos palmeros mal llamados pariodistas y unos asesinos cobardes metidos a salva patrias segun allos politicos . llevamos 2 años peleando por lo que nos robaron estos 3 estamentos juntos los salva patrias, los palmeros y los banqueros , los tres se pueden REFUNDIR en un solo estamento LADRONES ASESINOS ladrones porque al dia de hoy la KPMG YA HA RECONOCIDO 86252 CASOS DE APROPIACION DE BAKIA ASUS CLIENTES Y LES HA DADO SU DINERO. ASESINOS POR QUE AL DIA DE HOY YON 63 LOS MUERTOS SIN RECUPERAR EL DINERO DE SUS PREFERENTES sin contar las depresiones angustias y mala sangre de casi todas los estafados .No solo son RATO ELVIRA GUINDOS Y LOS PALMEROS NO LA LISTA ES MUY LARGA . Que mas necesita la justicia para detener y castigar en la plaza del pueblo a semejante estamento ni mas ni menos que como se merece, que mas nEcesita la fiscalia de MADRID PARA ACTUAR DE OFICIO Y EL JEFE DE TODOS LOS LADRONES DE ESPAÑA QUE MAS NECESITA ,an 30 minutos salion en defansa del mayor ladron BLESA SALION EN DEFENSA DE LOS sobres del tesorero Y EN NUESTRA DEFENSA QUIEN
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