Martes, 21 de octubre de 2014
Cospedal critica el «mensaje populista»(¿?).
Dice que renunciará a dirigir la formación si su propuesta de organización fracasa.
ander azpiroz | madrid 21/10/2014
Los
más de 150.000 inscritos en Podemos, 18.000 se apuntaron sólo en los
últimos dos días, comenzaron ayer a votar para definir el modelo de
organización interna y los principios éticos y políticos que guiarán su
acción futura en un proceso que tiene como objetivo consolidar su
estructura como partido político diez meses después de su fundación. El
telón de fondo es, sin embargo, la dura lucha por el liderazgo del
futuro partido que mantienen Pablo Iglesias y Pablo Echenique.
Tras un fin de semana en el que cada una de las corrientes internas presentaron en público sus propuestas, hasta el próximo domingo los simpatizantes de la formación podrán expresar mediante sufragio en Internet qué modelo quieren para la formación. Sobre la mesa hay dos opciones que parten como indiscutibles favoritas. La primera, defendida por Iglesias y su equipo, que entre otros elementos aboga por una estructura que gravite en torno a un secretario general con amplios poderes, un puesto hecho a la medida para el eurodiputado y el rostro más conocido de la organización. La segunda está abanderada por los eurodiputados Pablo Echenique, Teresa Rodríguez y Lola Sánchez que aboga por repartir la responsabilidad de dirección entre tres portavoces y defiende que parte de los integrantes de su Consejo Ciudadano, máximo órgano entre congresos, sean elegidos por sorteo para asegurar la pluralidad interna.
Otro de los puntos discordantes es la decisión del equipo de Iglesias a no concurrir a las próximas elecciones municipales y autonómicas ante el peligro de que en sus listas puedan ‘colarse’ candidatos que usen Podemos como plataforma para alimentar intereses particulares. Aunque Echenique cree que no acudir a las urnas el próximo mayo puede parecer una maniobra «inteligente», también mantiene que se corre el riesgo de desmovilizar a los potenciales votantes de la formación.
Mientras que la propuesta de Iglesias fía sus esperanzas de victoria en el carisma de su líder, la de los tres europarlamentarios ha logrado reunir en torno a ella muchas de las diferentes corrientes internas que cohabitan en Podemos. En definitiva, diferencias de fondo sobre el proyecto aunque nadie quiere hablar de enfrentamientos ni de crisis interna. Se trata, dicen unos y otros, de un ejemplo de de democracia.
Pero Iglesias advirtió el sábado de que en el caso de que su modelo no salga victorioso dará un paso al lado y no se postulará para ocupar un puesto de responsabilidad en la nueva organización. Sin embargo, hasta aquellos que no apoyan su proyecto de partido han insistido en los últimos días en que Podemos no puede permitirse el lujo de prescindir de su más valioso activo. La última en repetirlo fue ayer Teresa Rodríguez, encuadrada en el grupo rival, quien en una entrevista en la cadena Ser aseguró que le da vértigo la posibilidad de un futuro en el que Iglesias no forme parte de la dirección de la formación. La número dos en la candidatura de Podemos en las pasadas elecciones europeas también reconoció que gran parte del éxito del partido ha venido dado por la «capacidad» de su líder más destacado.
Pese a las manifestaciones de su compañera en la cámara de Estrasburgo, Iglesias mantuvo ayer su apuesta al todo o nada y reiteró que, si finalmente triunfa la alternativa a su propuesta, no se presentará a ocupar una de las tres portavocías de nueva creación porque cree que se convertiría en un «estorbo». En cualquier caso, añadió que la suya es una decisión personal. Iglesias también matizó que lo que no hará en ningún caso es renunciar a su acta de eurodiputado porque «la tarea es tan grande que no sobra nadie».
Tras un fin de semana en el que cada una de las corrientes internas presentaron en público sus propuestas, hasta el próximo domingo los simpatizantes de la formación podrán expresar mediante sufragio en Internet qué modelo quieren para la formación. Sobre la mesa hay dos opciones que parten como indiscutibles favoritas. La primera, defendida por Iglesias y su equipo, que entre otros elementos aboga por una estructura que gravite en torno a un secretario general con amplios poderes, un puesto hecho a la medida para el eurodiputado y el rostro más conocido de la organización. La segunda está abanderada por los eurodiputados Pablo Echenique, Teresa Rodríguez y Lola Sánchez que aboga por repartir la responsabilidad de dirección entre tres portavoces y defiende que parte de los integrantes de su Consejo Ciudadano, máximo órgano entre congresos, sean elegidos por sorteo para asegurar la pluralidad interna.
Otro de los puntos discordantes es la decisión del equipo de Iglesias a no concurrir a las próximas elecciones municipales y autonómicas ante el peligro de que en sus listas puedan ‘colarse’ candidatos que usen Podemos como plataforma para alimentar intereses particulares. Aunque Echenique cree que no acudir a las urnas el próximo mayo puede parecer una maniobra «inteligente», también mantiene que se corre el riesgo de desmovilizar a los potenciales votantes de la formación.
Mientras que la propuesta de Iglesias fía sus esperanzas de victoria en el carisma de su líder, la de los tres europarlamentarios ha logrado reunir en torno a ella muchas de las diferentes corrientes internas que cohabitan en Podemos. En definitiva, diferencias de fondo sobre el proyecto aunque nadie quiere hablar de enfrentamientos ni de crisis interna. Se trata, dicen unos y otros, de un ejemplo de de democracia.
Pero Iglesias advirtió el sábado de que en el caso de que su modelo no salga victorioso dará un paso al lado y no se postulará para ocupar un puesto de responsabilidad en la nueva organización. Sin embargo, hasta aquellos que no apoyan su proyecto de partido han insistido en los últimos días en que Podemos no puede permitirse el lujo de prescindir de su más valioso activo. La última en repetirlo fue ayer Teresa Rodríguez, encuadrada en el grupo rival, quien en una entrevista en la cadena Ser aseguró que le da vértigo la posibilidad de un futuro en el que Iglesias no forme parte de la dirección de la formación. La número dos en la candidatura de Podemos en las pasadas elecciones europeas también reconoció que gran parte del éxito del partido ha venido dado por la «capacidad» de su líder más destacado.
Pese a las manifestaciones de su compañera en la cámara de Estrasburgo, Iglesias mantuvo ayer su apuesta al todo o nada y reiteró que, si finalmente triunfa la alternativa a su propuesta, no se presentará a ocupar una de las tres portavocías de nueva creación porque cree que se convertiría en un «estorbo». En cualquier caso, añadió que la suya es una decisión personal. Iglesias también matizó que lo que no hará en ningún caso es renunciar a su acta de eurodiputado porque «la tarea es tan grande que no sobra nadie».
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