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EL CORRO
Escépticos ante el optimismo oficial
PEDRO VICENTE 14/10/2014
Por mucho que se sustente sobre una evolución favorable de la macroeconomía y sobre previsiones de crecimiento al alza, lo cierto es que el mensaje oficial de la recuperación económica sigue sin calar en la calle. No es tan difícil de entender. Esa mejoría no ha llegado a la inmensa mayoría de los ciudadanos, cuyos devaluados salarios permanecen en el mejor de los casos congelados, sin haber recuperado nada del poder adquisitivo perdido. Lo mismo en el sector público que en el privado. Y el escaso empleo creado es precario a más no poder, con predominio del contrato a tiempo parcial remunerado por debajo del salario mínimo interprofesional.
De ahí que el gran señuelo electoral del PP sean las rebajas fiscales contenidas en los Presupuestos Generales del Estado de 2015, esos que ha bautizado con el mantra de ser los de «la consolidación de la recuperación económica». A partir de enero bajarán las retenciones del IRPF en las nóminas y ello sin duda inducirá a pensar que estamos empezando a remontar la situación. De momento no es esa la percepción ciudadana.
En paralelo, al Gobierno de Mariano Rajoy se le multiplican últimamente los frentes y no da abasto para achicarlos. En pleno desafío catalanista llegó el portazo de Alberto Ruiz Gallardón, dejando abierta una herida que tardará de cicatrizar entre el electorado más confesional del PP. Andaban vendiendo los ministros las bondades de los Presupuestos y salta el monumental escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid, que inmediatamente se solapa con la crisis del ébola… Dicen que el PP andaba haciendo un sondeo sobre sus posibles candidatos a presentar por Madrid y ha tenido que suspender ese trabajo de campo ante el estado de indignación mostrado por los encuestados. Lógico.
En esta resignada Comunidad autónoma, la Junta se dispone a presentar su proyecto de Presupuestos para 2015, que, al igual de los del Estado, apuesta por una rebaja en el IRPF, amén de reducir a una tercera parte el nefasto «centimazo» sanitario. Veremos como se compensa esa merma de ingresos fiscales con el cumplimiento del techo de déficit, el mantenimiento sin nuevos recortes de los servicios esenciales, los estímulos al empleo y una mínima inversión publica. Todo un sudoku nada fácil de resolver, salvo que se siga recurriendo a engordar la bola de la deuda pública, algo que no se compadece con el discurso de la recuperación económica.
Y aquí no son los asalariados los únicos escépticos. A diferencia del conjunto de España, el índice de confianza empresarial para el actual trimestre ha retrocedido en Castilla y León, donde sólo el 13,9% de los empresarios se muestra optimista frente a un 34,4 que teme que la situación vaya a peor…
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