Cuando de pequeñín comencé a ganar mis primeros jornales, como por condena divina, lo fui haciendo hasta mis últimas fechas, con el sudor de mi frente. Entre maltrago y maltrago y aceptando la voluntad del de arriba, lo lleve con mas o menos resignación. Hasta ahí, todo, mal que bien, era llevadero. Pero uno crece, descubre sensaciones y adquiere madureces. Le cabrean los abusos, si es bien nacido, cada vez se siente mas solidario con los que debe serlo y encuentra grandes placeres en las ayudas prestadas.
Al mismo tiempo se descubren sensaciones contrapuestas, vemos a nuestros alrededores a los buitres buscando la carroña de la que alimentarse. Los buitres humanos son los mas salvajes de cualquier fauna, la carroña para estos buitres puede ser un viejito decrépito en su memoria e inane en sus fuerzas, por falta de neuronas, aunque también puede padecer la minusvalía que produce la longevidad, el desgaste físico y del ánimo por haber sufrido mucho. Estos buitres no quieren la carroña en forma de famélico agotado, lo que buscan es el patrimonio dinerario conseguido durante su vida de esfuerzos, renuncias y carencias. Estos buitres se alimentan de dinero.
El peor grupo de buitres humanos, son los que acaban recorriendo Consejos de Administración, ultimo refugio de sus aventuras buitreras. Pasaron por cargos públicos, representaciones populares, para refugiarse en la comodidad de una "gran prima", por acudir unas poquitas veces al año, a poner el cazo. Estos buitres, padecen con bastante frecuencia una rara metamorfosis, acabando transformados en cerdos. En cuyo caso deben empezar a temer la visita de su San Martín.
No se mucho de este santo, pero como tal, debe tener su particular baremo para seleccionar a sus visitables, ignoro que méritos les asigna para su visita. Se supone que los motivos de la visitas deben ser sabiamente meritorios. El caso es que del cabecilla y 33 mas que formaban el grupo que mas daño me ha hecho en mi vida, parece que San Martín no se olvida. Es muy buena la noticia de que el 33, ha comenzado a disminuir. En un instante salta la noticia de que quedan 32. Esperemos que sea el comienzo de una carrera, que ojalá, se convierta en meteórica.
Hoy me ha preguntado, un nieto que tiene siete años ¿Abuelo, que es una mala mujer?. Le he respondido:
"Querido nieto, una mala mujer, es una mujer mala que se puede llamar Esperanza, María Dolores, Ana, Elvira, Soraya, Mercedes o de cualquier otra forma. Pero que se llame como se llame, tiene malos sentimientos en su alma".
Lo que mas a gusto me deja esta jornada dominguera es que, se puede tener mucha influencia entre los poderosos hasta hacer variar decisiones enjuiciadas, pero cuando actúa la Justicia Divina, el resultado es mas sereno y placentero. Para que esto ocurra debe haber, cuando menos cierta permisividad en la justicia terrenal. Cuando alguien delinque hasta saber que se va de este mundo habiendo estado robando a los pobres, la justicia divina no puede inhibirse y así ha ocurrido hoy.
Un ajusticiamiento divino deja mucha paz en los estafados, por quien se lleva San Martín. Ojala sea recompensada, esta persona, según sus actos. Lo que cobró por lo que hizo, no lo ha disfrutado mucho tiempo. Que el cielo le de todo lo que se ha ganado. Es mi deseo.
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