JUSTICIA La ruina de Elpidio

'No tengo para llegar a fin de mes'

  • Todas las cuentas pendientes del juez Elpidio Silva, a quien persiguen monjes cobradores

  • Él niega la deuda. 'Blesa y sus amigos me están arruinando la vida', dice

Los monjes del Monasterio del Cobro que, a partir de mañana,...
Los monjes del Monasterio del Cobro que, a partir de mañana, buscarán que pague su deuda con un carpintero.
«No tengo un duro, no te puedo pagar». Así, de esta manera tan cruda como real, le contestó Elpidio Silva, magistrado juez en excedencia y candidato nº 1 por el Movimiento RED en las elecciones al Parlamento europeo del próximo 25 de mayo, a su carpintero, artesano de la magnífica librería de diseño, «puro roble», que decora el salón de su domicilio en el barrio madrileño de Universidad, muy cerca de Moncloa. Son 5,3 m de largo por 3 m de alto de estantería. Con nueve espacios por cuerpo que albergan más de 6.000 libros. «Aquí está todo mi patrimonio», comenta a Crónica el ex juez y hoy candidato.
«No es un problema sólo de dinero. Que lo es. No estoy de acuerdo con otros trabajos que me ha realizado el carpintero en casa. El armario de mi dormitorio no está bien acabado. Las puertas correderas no cierran, se abren solas. Y los cajones no están perfectamente terminados. Yo contraté con El Corte Inglés la obra yhe pagado mensualmente los plazos de dicho encargo. Ellos mandaron al carpintero para solucionar los problemas del armario, pero él me dejó tirado con una chapuza sin terminar». Elpidio alude a sus armarios pero es por su librería de roble de lujo por la que, a partir de mañana, monjes cobradores perseguirán al juez, allí donde esté, con un rótulo: «¡Elpidio paga!».
La versión del ebanista es completamente diferente a la del magistrado: «El encargo de la librería es independiente de los trabajos de El Corte Inglés». El precio pactado fue de 6.461,40 euros. Elpidio adelantó 2.000 euros. Le quedan por pagar, por tanto, 4.461 euros. Esa es la cantidad que le ha reclamado hace unos días por burofax.

Los 'WhatsApp' del juez

Aporta el artesano, como pruebas adicionales, aparte de los recibos, las conversaciones por Whatsapp entre ellos. El 2 abril de 2013, Elpidio ante sus insistentes llamadas le contesta:«Estoy en juicios. Te llamo cuando pueda». Casi un mes más tarde, 6 de mayo, ante el olvido de Elpidio, el carpintero le escribe: «Estoy esperando que me llame, un abrazo». Diez días más tarde le envía otro mensaje: «Estoy mal de dinero y necesito cobrar llámeme por favor». El 12 de octubre el carpintero ve a su -supuesto- moroso en televisión hablando de ética y justicia. Enfadado, le manda un último Whatsapp: «Estoy de acuerdo en todo lo que dice, me gustaría que cumpliera lo mismo de lo que presume: de justo y legal».
Elpidio contesta muy tajante: «El Corte Inglés y el carpintero me tienen que corregir los trabajos mal realizados. Hasta que no me arreglen el armario no les pago la librería. Y, sólo entonces, discutiremos el precio final, con arreglo a los perjuicios que me han ocasionado». Elpidio José Silva Pacheco no abandona su imagen de personaje poliédrico: doctor en Derecho, magistrado en excedencia, poeta, campeón juvenil de ping pong, escritor, profesor de universidad, polemista, candidato político... Imposible dejar indiferente a nadie.
Es que allí donde aparece el juez («todavía lo sigo siendo, estoy en excedencia» aclara), despierta división de opiniones. Lo cierto es que tiene una legión de seguidores (cerca de 80.000 en Twitter), cifra que se acrecienta a medida que aumentan sus polémicas: «Enfrentarme a uno de los responsables de nuestra crisis y símbolo del régimen de corrupción que padecemos, como lo es Miguel Blesa, ha tenido su precio. Mucho más que el de la librería», se justifica.
En la semana en que la Sala del 77 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha tenido que aplazar su decisión final respecto a las recusaciones presentadas por Elpidio Silva contra dos de los tres magistrados que lo estaban juzgando por la presunta comisión de dos delitos de prevaricación en la instrucción del caso Blesa, Crónica ha podido conocer, por boca del propio magistrado, la realidad de sus cuentas financieras. «Blesa y sus amigos me han arruinado la vida», confiesa el mediático candidato. «Soy uno más de los millones de españoles damnificados por su nefasta gestión al frente de la caja madrileña. Entre todos hemos tenido que rescatar a Bankia, heredera de Caja Madrid, con más de 20.000 millones de euros de nuestros presupuestos públicos. Y están los centenares de miles de víctimas por las preferentes y la deuda subordinada. Finalmente, estoy yo: apartado, por el momento, de mi carrera profesional por quienes han demostrado más fidelidad a Blesa que al Estado de Derecho».
Le preguntamos: ¿Qué le parece que le califiquen como un juez antisistema?: «Los antisistema son otros», contesta. «Por ejemplo, la magistrada María Tardón. Hemos ampliado la recusación contra ella porque esta semana se ha descubierto que, pese a que negó "ser amiga de Blesa", fue concejal del PP y consejera de la Asamblea de Caja Madrid durante años. La Asamblea se reunía como mínimo dos veces al año, y sus consejeros cobraban en torno a los 1.350 euros de dieta por asistencia. Luego, había más regalos.
Según se ha sabido, Tardón era consejera en 2004, cuando la Asamblea de Caja Madrid aprobó la emisión de las preferentes y la deuda subordinada. Ese mismo año, la Asamblea también ratificó la concesión de una serie de créditos a Gerardo Díaz Ferrán, personaje que ahora ejerce la acusación particular contra mí, codo a codo con Miguel Blesa. Todo lo anterior es un despropósito. Para colmo, también esta semana hemos conocido como María Tardón condenó a un hombre que envió correos a su ex esposa (también consejera de la Caja y amiga entrañable de Miguel Blesa) donde le acusaba de ser su amante. Mañana lunes conoceremos la decisión definitiva respecto a mi recusación, y estoy convencido que muchos me darán la razón ante mi vehemente oposición a ser juzgado por un tribunal tan contaminado».
Respecto a la verdad sobre su situación económica (Crónica ha tenido acceso a una serie de facturas impagadas por Elpidio Silva por trabajos realizados en su domicilio, cuyos acreedores mañana lunes las pondrán en poder de una empresa especializada en el cobro de impagos: El Monasterio del Cobro), Elpidio Silva se justifica: «Es verdad, no puedo llegar a fin de mes. Pero mi caso no es distinto al de millones de españoles. Además, Blesa y sus amigos me han dejado sin trabajo»..

Gana 800 euros al mes

Hacemos cuentas con él. El titular de un juzgado de instrucción de Madrid cobra unos 70.000 euros al año, sin contar antigüedad u otros complementos. «Antes de ser suspendido cobraba unos 6.000 euros netos al mes», confirma Silva. «Mis gastos fijos mensuales son: una hipoteca de 1.400 euros, más el pago de la luz, agua, gas, teléfono...en total, en torno a los 3.000 al mes. Y sólo tengo 800 euros netos por mis seis horas a la semana de clases en la Complutense. Con esto no puedo vivir. He cobrado 20.000 euros de adelanto de derechos de autor por mi libro y, esa cantidad, me permite tener un colchón».
Respecto a la fianza que ha adelantado por la responsabilidad civil en el caso de que fuera condenado, 60.000 euros, Elpidio aclara cómo la ha abonado: «Tenía suscrita una póliza con Seguros Zurich y ellos han depositado la fianza. Resulta increíble que el Tribunal no les haya permitido personarse como perjudicados en mi juicio». A Silva también le llama la atención la polémica creada respecto a la financiación de su campaña política: 15 euros por una camiseta con el nombre del juez, 20 euros por su autógrafo, 300 por una cena en su compañía y 500 euros por asistir con él a la Eurocámara.
«Apenas llevamos una semana y hemos recaudado más de 4.000 euros. Queremos llegar a los 40.000», confirma. «Lo escandaloso es que los partidos políticos se financien ilegalmente o que estén incrustados en el Estado. Nosotros estamos en la sociedad y toda nuestra financiación es transparente». Y remata: «La estructura corrupta de la financiación de los partidos políticos debe ser castigada en las urnas el próximo día 25». Apuesta todas sus cartas a ganar el juicio abierto contra él. «Ha sido un despropósito y los magistrados lo saben... Quiero seguir siendo juez. Estoy seguro que voy a ganar un escaño en Estrasburgo. Después volveré a mi despacho de la Plaza de Castilla. Para entonces, ya no me quedarán deudas pendientes».