07 oct 2013
by Juanjo Valverde
Afirmar en público que los policías municipales son unos chulos vestidos de chulos… deslizar sonriendo que las niñas deben vestir falda… acusar a unos artistas de cobrar millones de la SGAE y ser incapaz de dar uno solo de sus nombres… tachar de nazis a los médicos de los servicios de cuidados paliativos… justificar los sobresueldos en el PP… berrear obsesivamente que el 30% de los funcionarios falta cada día a trabajar y que hay que despedir al 30% y que hay que bajarles el sueldo un 30% y que el 100% no está en su puesto de trabajo al inicio de la jornada… ¿quieren más? Busquen y encontrarán, busquen declaraciones de Miguel Ángel Rodríguez (M.A.R.), el responsable de comunicación del PP y secretario de estado de comunicación con Aznar… y cuya empresa CARAT ha recibido millones de euros en contratos de la Comunidad de Madrid gobernada por Esperanza Aguirre.
Sigamos: este sujeto, al amparo de la impunidad que le brindan algunos medios de comunicación, salta de tertulia en tertulia insultando e interrumpiendo con sus bramidos a los ciudadanos que llaman indignados por sus fanfarronerías… es uno de los ejemplos típicos de esos contertulios de la derecha cavernícola que inundan la “opinión” intentando convencer a la parroquia de que lo suyo son argumentos, no extremismo ideológico expresado frecuentemente con la más soez de las formas.
Una de sus camaradas, Curri Valenzuela, contó en Radio Nacional que su fuente de información sobre el origen histórico del problema catalán (allá por Felipe V) era wikipedia. Y con eso debajo del brazo y mucha falta de respeto, van saltando estos personajes de tertulia en tertulia como “analistas políticos”. Ni siquiera tienen el decoro de cubrir su ignorancia con la prudencia en las formas, sino que suelen gritar, insultar, jalearse y reírse… justo antes del corte publicitario en el que se anuncia la venta de los dispositivos que detectan los radares de la Guardia Civil… “para que no le metan a usted la mano en el bolsillo”. Patético.
Ante gente como M.A.R. caben varias respuestas: la primera, indignarse y contestar con desprecio y una mínima dosis de educación; la segunda, descuajaringarse de risa ante tan esperpéntico sujeto y ridiculizarlo hasta el infinito dejándole hablar (reproduciendo sus entrevistas, declaraciones, escritos…). Eso es lo que hizo esta semana el genial Gran Wyoming (G.W.). La edición del programa “El Intermedio” que le dedicó el pasado miércoles fue memorable. Podemos imaginar que M.A.R., estando como está reñido con la inteligencia, habrá pasado del verde al morado al visionar el programa, y que espumajeará su desprecio a Wyoming en todas las tertulias a las que acuda (cobrando como “analista político”, eso sí).
Son ambos, M.A.R. y G.W., dos tipos muy peligrosos, aunque el segundo lo es mucho más. Entre un M.A.R. tan previsible como un toro y tan absurdamente vanidoso como para pavonearse de que los sindicatos “le montaron” una huelga general… ¡a él!… y un G.W. tan absolutamente inteligente como para reírse con elegancia y chispa de él mismo y de todo lo que se menea, créannos, no hay color. Pero además hoy para muchísimos españoles G.W. es un héroe. Porque, como cantaba el grupo de rock Asfalto en su “Capitán Trueno”, si Wyoming no es capaz de hacer que gane el bueno, por lo menos deja a los malos arrastrándose por los suelos rugiendo de rabia, y eso es algo, en estos tiempos, impagable.
Gracias, Miguel Ángel, por hacer posible a Wyoming.
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