Lo de las preferentes, ha sido, simplemente, una de las costumbres al uso, de la BANCA. Para
todo aquel que tenga algún eurito que defender, que lo haga bajo "su" ladrillo, o estará expuesto a
que le apliquen el latrocinio bancario, instituido en España.
Dice mi amigo, Pau A. Monserrat, en LA BANCA CULPABLE. "No entres en tu sucursal sin haberte leído éste libro: Tu bolsillo lo agradecerá".
Y así son las cosas. Los bancos son tus enemigos, si lo crees como si no. Tu eres el pajarito que
alimenta al halcón y el halcón es, la Banca. O te andas con ojo o acabaras en sus garras.
Con ésta advertencia y la redacción de la noticia, solo queda decir que el que no quiera ser
"preferentado", huya de las sugerencias "amistosas de su sucursal". Ellos siguen "recolectando
incautos". Conituan con los productos complejos y con la gente buena, con los embaucables,
con los que no saben de finanzas. Con los "buenos clientes".
Sigue el partido...
Hay árbitros...
Nadie ve nada...
Gallardón, sigue cobrando tasas...
El ESTAFADO, jodido...
Si queréis como si no, tenéis que abrir bien los ojos y...tiesas las orejas. Buen día para todo el mundo.
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Alertan de la venta a particulares de productos financieros
con un riesgo similar a las preferentes
Afectado por las preferentes Un hombre afectado por las preferentes muestra una denuncia
a Caja Madrid. (JORGE PARÍS)
Fondos estructurados, warrants... Las entidades comercializan productos complejos "con la intención de captar ahorro de
los inversores de a pie".
"Existe una deliberada tendencia a que sean los clientes los
que asuman los riesgos", explica Paco Sanz, responsable de
estudios de Adicae.
"El ciudadano ha de tener claro que todo lo que sea diferente
a un depósito no está garantizado", advierten usuarios de
servicios financieros.
Fuentes del sector contestan que están "cumpliendo con toda
la normativa de protección al inversor, y especialmente
a los pequeños ahorradores".
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NICOLAS M. SARRIES NICOLAS M. SARRIES 21.10.2013 - 06:37h @nicolasmsarries
Los ahorradores se encuentran día a día con multitud de ofertas para adquirir productos
financieros complejos y con riesgos como las participaciones preferentes y la deuda subordinada,
que han provocado pérdidas millonarias y el mayor escándalo financiero en la era democrática.
Esta es la realidad que denuncian desde las asociaciones de usuarios de banca, que llevan meses
señalando con el dedo a la práctica totalidad de entidades, que comercializan productos de
ahorro como los pagarés, los fondos estructurados (ETF), los seguros de renta vitalicia o los
warrrants, todos con altos niveles de riesgo. Cerca del 42% de los ETF en circulación en España
tienen pérdidas, según datos de Adicae
Los fondos y depósitos estructurados no son sino los últimos de una lista de productos financieros
ofrecidos a los clientes con perfil de ahorrador conservador, según denuncian organizaciones como
Adicae (dedicadas a la defensa del consumidor financiero). Así, los conocidos como ETF
proliferan y se venden como "un instrumento sencillo y útil", según los describe la propia web de
Bolsas y Mercados, si bien cerca de la mitad (un 42%) tienen actualmente una rentabilidad
negativa, y pueden suponer pérdidas en el capital invertido.
A pesar de las mejoras registradas en la percepción de los mercados internacionales
respecto a España, la situación de liquidez sigue siendo complicada para las entidades
financieras. Por eso, la banca lleva meses lanzando emisiones de distintos tipos de deuda
destinadas a "proporcionar financiación a la entidad emisora para el desarrollo de su actividad
crediticia", tal como reconoce una de las principales entidades españolas en un folleto de
emisión. Es decir, que captan liquidez para poder afrontar sus pagos.
La banca, la primera interesada en "cumplir" La patronal bancaria alienta a que haya la máxima
transparencia en la comercialización y a que se castiguen las irregularidades "Las entidades
necesitan liquidez para sobrevivir, y el recurso más accesible es el ahorro de los clientes",
señala Paco Sanz, responsable de estudios de la Asociación de Usuarios de Banca, Adicae.
En su opinión, se están fomentando, de forma deliberada, cada vez más productos financieros
que derivan el riesgo sobre los clientes. "Productos que frecuentemente no tienen la liquidez que
pretende un usuario medio"; es decir, que no tienen garantizado el poder disponer de su dinero
en el momento que lo necesiten.
Fuentes de una de las principales entidades bancarias españolas niegan cualquier mala
práctica. "Ahora mismo se cumple escrupulosamente con la normativa, especialmente entre los
pequeños ahorradores. Cada producto tiene sus características y complejidad, pero los clientes
tienen que cumplir un test de idoneidad para demostrar que comprenden los riesgos", aseguran.
En la misma línea se muestra la patronal bancaria española (AEB). Sin entrar a valorar la
complejidad y riesgo de cada producto concreto, señalan que "existe una normativa a nivel
nacional y europeo sobre transparencia en la comercialización de productos bancarios y protección
al consumidor financiero, que los bancos españoles cumplen y respetan".
Entre esta regulación, la AEB cita, por ejemplo, la reciente Ley de protección del Deudor
Hipotecario y la directiva europea MiFID, que establece unos test de conveniencia para
riesgos que corre; además, se está tramitando una MiFID 2, que expandirá esta protección.
Se acaba de aprobar también una nueva directiva sobre transparencia de productos bancarios,
que tendrá que transponerse a las legislaciones nacionales europeas, "si bien el ordenamiento
jurídico español recoge ya numerosos aspectos de esta norma", explican.
La Directiva sobre Transparencia Bancaria, a juicio de la patronal bancaria, es un buen
exponente del interés de las autoridades internacionales por profundizar en la transparencia de
los mercados financieros y de este modo proteger al ahorrador e inversor. Por su parte, la
AEB alienta a que haya la máxima transparencia en la comercialización y que se sancionen
con rigor las actuaciones irregulares. "Somos los primeros interesados en que se cumpla la
normativa y se dé un servicio óptimo al cliente", aseguran.
Una alternativa al recorte de tipos El Banco de España instó a las entidades
a limitar la rentabilidad de sus depósitos desde enero, lo que ha fomentado nuevos productos
Parte de la responsabilidad de esta proliferación de instrumentos de deuda está en el propio
Banco de España. El supervisor financiero recomendó a las entidades en enero (sin llegar a
publicarlo como una circular) limitar la rentabilidad de sus depósitos por debajo del 2,75%.
"Esto ha sido usado como una excusa por el sector para ofrecer tipos muy bajos en los depósitos
y algo mayores en productos con incertidumbre", apunta Sanz.
Como norma general, estos productos no están cubiertos por el Fondo de Garantía de
Depósitos (FGD), el organismo semipúblico con la garantía del Estado que respalda los ahorros
en España. "No son depósitos y ni siquiera son acciones: es deuda pura y dura", alertan desde
Adicae, al tiempo que recuerdan que la normativa internacional para defensa del consumidor
financiero los cataloga como productos "complejos" y llenos de riesgos.
¿Qué deben hacer los ahorradores? Pese a los protocolos y formularios que
utilizan cajas y bancos para comprobar si un cliente es adecuado para un tipo de producto, las
organizaciones de protección del consumidor instan a los clientes a informarse, leer
detenidamente los documentos que firman, y resolver en la propia sucursal cualquier duda que les
surja.
"Tienen que ser conscientes, si les están ofreciendo un producto que no es un depósito,
de qué consecuencias puede tener con sus ahorros. Si no lo tienen claro, es aconsejable que
acudan a asociaciones de defensa de los clientes, donde les asesorarán sin conflictos de
intereses. Porque los empleados de las sucursales sí los tienen", recuerdan. En una línea
similar se manifiesta Paco Sanz; en su opinión, los usuarios no deben firmar nada "hasta que no
sean capaces de responderse a sí mismos si la rentabilidad que le han ofrecido se la van a dar
seguro o no, o si pueden perder algo del capital inicial".
Las organizaciones de usuarios recomiendan a los ahorradores optar por depósitos, que
cuentan con garantía del FGD Las asociaciones de consumidores de productos financieros
coinciden en recomendar a los ahorradores de perfil conservador (aquellos que quieran todo
su capital garantizado y la posibilidad de rescatarlo en cualquier momento) que contraten
depósitos tradicionales, como los de plazo fijo. "Pueden dar una rentabilidad más baja, es
cierto, pero son los únicos que cuentan con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos",
subrayan.
Cómo son los productos de riesgo
Fondos estructurados (ETF): Son un instrumento de inversión "híbrido entre los fondos y las
acciones"; un fondo que se compone de una cesta de acciones, que se indexa -se vincula- a un
determinado índice de referencia. Es decir, es un fondo que replica el comportamiento de una
determinada cartera de acciones, o de todo el Ibex-35, por ejemplo. Existe la posibilidad
incluso de contratar un ETF "inverso", que da rentabilidad cuando un determinado valor cae.
Pese a que Bolsas y Mercados califica los ETF de accesibles, flexibles, transparentes, líquidos
y sólidos, en Adicae no dudan en señalarlos como "complejos y con riesgo". Así, por ejemplo,
los ETF de renta variable (vinculados a la Bolsa) están ligados a la evolución de las acciones,
que "no es fija ni conocida, depende de la situación económica en general y de las empresas en
las que se invierte en particular. Los ETF son productos que tendrían que ir dirigidos
exclusivamente hacia los inversores con un perfil arriesgado", concluyen desde Adicae.
Pagarés:
Las organizaciones de usuarios de banca llevan desde inicios del pasado año advirtiendo de
la "agresiva campaña" iniciada por las entidades para comercializar los llamados pagarés
bancarios. Se trata de un producto de renta fija: se compra pagando un precio y, en teoría, a
la fecha de vencimiento se devuelve esa cantidad más un porcentaje. El problema, tal como
previenen desde Adicae, es que "el pago de los pagarés depende íntegramente de la entidad
que los emita y que no está respaldado por ningún fondo de garantía". Es decir, que si la
entidad quebrase, no habría respaldo alguno a esa inversión más allá de los activos que se
puedan liquidar en el banco o caja. Para poder invertir en estos instrumentos asumiendo l
os riesgos es necesario conocer la situación financiera de la entidad, así como su solvencia; es
decir, que un ahorrador sin conocimientos financieros no sería un perfil ajustado al mismo.
Seguros de renta vitalicia:
Aunque este producto se comercializa como un método de ahorro, como si de un seguro de
vida se tratase, algunas entidades puntualizan que en realidad "es un producto de inversión
100%, ya que hay un alto riesgo de pérdida -la penalización es muy alta- si lo quieres rescatar
antes de tiempo.
Warrants:
Los warrants son un tipo de valor negociable en Bolsa, con la particularidad que da a su propietario
en derecho (la opción, no la obligación) de comprar o vender una determinada cantidad de un
activo (acciones, materias primas...) a un precio determinado. Es decir, es un instrumento que
permite especular con el precio futuro de un valor; se trata de un instrumento muy utilizado por
inversores profesionales, ya que permite minimizar riesgos en una inversión en un plazo concreto.
Es por tanto un producto complejo poco aconsejable para ahorradores conservadores, en tanto que
supone una apuesta que, para que tenga fundamente, exige conocer los fundamentos del mercado en
el que se invierte. Fuentes de uno de los principales bancos españoles aseguran que estos
productos no se comercializan en la red minorista: "Existen de toda la vida y no se colocan entre
los clientes: el que está interesado tiene que comprarlos de forma activa", responden.
Cédulas hipotecarias:
Las cédulas no son otra cosa que bonos (similares a la deuda pública) cuya garantía
son préstamos concedidos por el propio banco emisor. El consumidor presta su dinero a una entidad
y la garantía para devolver esta cantidad más unos intereses no es sino un grupo de préstamos
hipotecarios firmados por otras personas. "Son un producto muy beneficioso para la banca, ya que
son a largo plazo y, a pesar de que la entidad paga más al consumidor que por un depósito a plazo
fijo, juega con la supuesta dificultad de perder liquidez", señalan desde Adicae. El riesgo de
estos productos está en que no cuentan con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos y que
cotizan en mercados secundarios susceptibles de perder liquidez (como ocurrió con las preferentes),
lo que dejaría a los compradores atrapados en dicha inversión.
Marketplace:
Seguros
Pisos
Ahorro
Móviles
Rutas
Apuestas
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20minutos EE UU
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La riqueza financiera de las familias subió hasta junio un 19% y...
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Bill Gates compra el 6% del capital de FCC por 113,5 millones
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Un hombre afectado por las preferentes muestra una denuncia a Caja
Madrid. (JORGE PARÍS)
Fondos estructurados, warrants... Las entidades comercializan
productos complejos "con la intención de captar el ahorro de los
inversores de a pie".
"Existe una deliberada tendencia a que sean los clientes los que
asuman los riesgos", explica Paco Sanz, responsable de estudios de
Adicae.
"El ciudadano ha de tener claro que todo lo que sea diferente a un
depósito no está garantizado", advierten usuarios de servicios
financieros.
Fuentes del sector contestan que están "cumpliendo con toda la
normativa de protección al inversor, y especialmente a los pequeños
ahorradores".
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NICOLAS M. SARRIES 21.10.2013 - 06:37h
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Los ahorradores se encuentran día a día con multitud de ofertas para
adquirir productos financieros complejos y con riesgos como las
participaciones preferentes y la deuda subordinada, que han provocado
pérdidas millonarias y el mayor escándalo financiero en la era
democrática. Esta es la realidad que denuncian desde las asociaciones de
usuarios de banca, que llevan meses señalando con el dedo a la práctica
totalidad de entidades, que comercializan productos de ahorro como los
pagarés, los fondos estructurados (ETF), los seguros de renta vitalicia o
los warrrants, todos con altos niveles de riesgo.
Cerca del 42% de los ETF en circulación en España tienen pérdidas, según
datos de Adicae Los fondos y depósitos estructurados no son sino los
últimos de una lista de productos financieros ofrecidos a los clientes
con perfil de ahorrador conservador, según denuncian organizaciones como
Adicae (dedicadas a la defensa del consumidor financiero). Así, los
conocidos como ETF proliferan y se venden como "un instrumento sencillo y
útil", según los describe la propia web de Bolsas y Mercados, si bien
cerca de la mitad (un 42%) tienen actualmente una rentabilidad negativa,
y pueden suponer pérdidas en el capital invertido.
A pesar de las mejoras registradas en la percepción de los mercados
internacionales respecto a España, la situación de liquidez sigue siendo
complicada para las entidades financieras. Por eso, la banca lleva
meses lanzando emisiones de distintos tipos de deuda destinadas a
"proporcionar financiación a la entidad emisora para el desarrollo de su
actividad crediticia", tal como reconoce una de las principales
entidades españolas en un folleto de emisión. Es decir, que captan
liquidez para poder afrontar sus pagos.
La banca, la primera interesada en "cumplir"
La patronal bancaria alienta a que haya la máxima transparencia en la
comercialización y a que se castiguen las irregularidades "Las entidades
necesitan liquidez para sobrevivir, y el recurso más accesible es el
ahorro de los clientes", señala Paco Sanz, responsable de estudios de la
Asociación de Usuarios de Banca, Adicae. En su opinión, se están
fomentando, de forma deliberada, cada vez más productos financieros que
derivan el riesgo sobre los clientes. "Productos que frecuentemente no
tienen la liquidez que pretende un usuario medio"; es decir, que no
tienen garantizado el poder disponer de su dinero en el momento que lo
necesiten.
Fuentes de una de las principales entidades bancarias españolas niegan
cualquier mala práctica. "Ahora mismo se cumple escrupulosamente con la
normativa, especialmente entre los pequeños ahorradores. Cada producto
tiene sus características y complejidad, pero los clientes tienen que
cumplir un test de idoneidad para demostrar que comprenden los riesgos",
aseguran.
En la misma línea se muestra la patronal bancaria española (AEB). Sin
entrar a valorar la complejidad y riesgo de cada producto concreto,
señalan que "existe una normativa a nivel nacional y europeo sobre
transparencia en la comercialización de productos bancarios y protección
al consumidor financiero, que los bancos españoles cumplen y respetan".
Entre esta regulación, la AEB cita, por ejemplo, la reciente Ley de
protección del Deudor Hipotecario y la directiva europea MiFID, que
establece unos test de conveniencia para garantizar que el inversor
conoce los riesgos que corre; además, se está tramitando una MiFID 2,
que expandirá esta protección. Se acaba de aprobar también una nueva
directiva sobre transparencia de productos bancarios, que tendrá que
transponerse a las legislaciones nacionales europeas, "si bien el
ordenamiento jurídico español recoge ya numerosos aspectos de esta
norma", explican.
La Directiva sobre Transparencia Bancaria, a juicio de la patronal
bancaria, es un buen exponente del interés de las autoridades
internacionales por profundizar en la transparencia de los mercados
financieros y de este modo proteger al ahorrador e inversor. Por su
parte, la AEB alienta a que haya la máxima transparencia en la
comercialización y que se sancionen con rigor las actuaciones
irregulares. "Somos los primeros interesados en que se cumpla la
normativa y se dé un servicio óptimo al cliente", aseguran.
Una alternativa al recorte de tipos
El Banco de España instó a las entidades a limitar la rentabilidad de
sus depósitos desde enero, lo que ha fomentado nuevos productos Parte de
la responsabilidad de esta proliferación de instrumentos de deuda está
en el propio Banco de España. El supervisor financiero recomendó a las
entidades en enero (sin llegar a publicarlo como una circular) limitar
la rentabilidad de sus depósitos por debajo del 2,75%. "Esto ha sido
usado como una excusa por el sector para ofrecer tipos muy bajos en los
depósitos y algo mayores en productos con incertidumbre", apunta Sanz.
Como norma general, estos productos no están cubiertos por el Fondo de
Garantía de Depósitos (FGD), el organismo semipúblico con la garantía
del Estado que respalda los ahorros en España. "No son depósitos y ni
siquiera son acciones: es deuda pura y dura", alertan desde Adicae, al
tiempo que recuerdan que la normativa internacional para defensa del
consumidor financiero los cataloga como productos "complejos" y llenos
de riesgos.
¿Qué deben hacer los ahorradores?
Pese a los protocolos y formularios que utilizan cajas y bancos para
comprobar si un cliente es adecuado para un tipo de producto, las
organizaciones de protección del consumidor instan a los clientes a
informarse, leer detenidamente los documentos que firman, y resolver en
la propia sucursal cualquier duda que les surja.
"Tienen que ser conscientes, si les están ofreciendo un producto que no
es un depósito, de qué consecuencias puede tener con sus ahorros. Si no
lo tienen claro, es aconsejable que acudan a asociaciones de defensa de
los clientes, donde les asesorarán sin conflictos de intereses. Porque
los empleados de las sucursales sí los tienen", recuerdan. En una línea
similar se manifiesta Paco Sanz; en su opinión, los usuarios no deben
firmar nada "hasta que no sean capaces de responderse a sí mismos si la
rentabilidad que le han ofrecido se la van a dar seguro o no, o si
pueden perder algo del capital inicial".
Las organizaciones de usuarios recomiendan a los ahorradores optar por
depósitos, que cuentan con garantía del FGD Las asociaciones de
consumidores de productos financieros coinciden en recomendar a los
ahorradores de perfil conservador (aquellos que quieran todo su capital
garantizado y la posibilidad de rescatarlo en cualquier momento) que
contraten depósitos tradicionales, como los de plazo fijo. "Pueden dar
una rentabilidad más baja, es cierto, pero son los únicos que cuentan
con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos", subrayan.
Cómo son los productos de riesgo
Fondos estructurados (ETF): Son un instrumento de inversión "híbrido
entre los fondos y las acciones"; un fondo que se compone de una cesta
de acciones, que se indexa -se vincula- a un determinado índice de
referencia. Es decir, es un fondo que replica el comportamiento de una
determinada cartera de acciones, o de todo el Ibex-35, por ejemplo.
Existe la posibilidad incluso de contratar un ETF "inverso", que da
rentabilidad cuando un determinado valor cae. Pese a que Bolsas y
Mercados califica los ETF de accesibles, flexibles, transparentes,
líquidos y sólidos, en Adicae no dudan en señalarlos como "complejos y
con riesgo". Así, por ejemplo, los ETF de renta variable (vinculados a
la Bolsa) están ligados a la evolución de las acciones, que "no es fija
ni conocida, depende de la situación económica en general y de las
empresas en las que se invierte en particular. Los ETF son productos que
tendrían que ir dirigidos exclusivamente hacia los inversores con un
perfil arriesgado", concluyen desde Adicae.
Pagarés: Las organizaciones de usuarios de banca llevan desde
inicios del pasado año advirtiendo de la "agresiva campaña" iniciada por
las entidades para comercializar los llamados pagarés bancarios. Se
trata de un producto de renta fija: se compra pagando un precio y, en
teoría, a la fecha de vencimiento se devuelve esa cantidad más un
porcentaje. El problema, tal como previenen desde Adicae, es que "el
pago de los pagarés depende íntegramente de la entidad que los emita y
que no está respaldado por ningún fondo de garantía". Es decir, que si
la entidad quebrase, no habría respaldo alguno a esa inversión más allá
de los activos que se puedan liquidar en el banco o caja. Para poder
invertir en estos instrumentos asumiendo los riesgos es necesario
conocer la situación financiera de la entidad, así como su solvencia; es
decir, que un ahorrador sin conocimientos financieros no sería un
perfil ajustado al mismo.
Seguros de renta vitalicia: Aunque este producto se comercializa
como un método de ahorro, como si de un seguro de vida se tratase,
algunas entidades puntualizan que en realidad "es un producto de
inversión 100%, ya que hay un alto riesgo de pérdida -la penalización es
muy alta- si lo quieres rescatar antes de tiempo.
Warrants: Los warrants son un tipo de valor negociable en Bolsa, con
la particularidad que da a su propietario en derecho (la opción, no la
obligación) de comprar o vender una determinada cantidad de un activo
(acciones, materias primas...) a un precio determinado. Es decir, es un
instrumento que permite especular con el precio futuro de un valor; se
trata de un instrumento muy utilizado por inversores profesionales, ya
que permite minimizar riesgos en una inversión en un plazo concreto. Es
por tanto un producto complejo poco aconsejable para ahorradores
conservadores, en tanto que supone una apuesta que, para que tenga
fundamente, exige conocer los fundamentos del mercado en el que se
invierte. Fuentes de uno de los principales bancos españoles aseguran
que estos productos no se comercializan en la red minorista: "Existen de
toda la vida y no se colocan entre los clientes: el que está interesado
tiene que comprarlos de forma activa", responden.
Cédulas hipotecarias: Las cédulas no son otra cosa que bonos
(similares a la deuda pública) cuya garantía son préstamos concedidos
por el propio banco emisor. El consumidor presta su dinero a una entidad
y la garantía para devolver esta cantidad más unos intereses no es sino
un grupo de préstamos hipotecarios firmados por otras personas. "Son un
producto muy beneficioso para la banca, ya que son a largo plazo y, a
pesar de que la entidad paga más al consumidor que por un depósito a
plazo fijo, juega con la supuesta dificultad de perder liquidez",
señalan desde Adicae. El riesgo de estos productos está en que no
cuentan con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos y que cotizan
en mercados secundarios susceptibles de perder liquidez (como ocurrió
con las preferentes), lo que dejaría a los compradores atrapados en
dicha inversión.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1949146/0/alertan-venta/productos-financieros/riesgo-preferentes/#xtor=AD-15&xts=467263
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1949146/0/alertan-venta/productos-financieros/riesgo-preferentes/#xtor=AD-15&xts=467263
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riesgo similar a las preferentes
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Un hombre afectado por las preferentes muestra una denuncia a Caja
Madrid. (JORGE PARÍS)
Fondos estructurados, warrants... Las entidades comercializan
productos complejos "con la intención de captar el ahorro de los
inversores de a pie".
"Existe una deliberada tendencia a que sean los clientes los que
asuman los riesgos", explica Paco Sanz, responsable de estudios de
Adicae.
"El ciudadano ha de tener claro que todo lo que sea diferente a un
depósito no está garantizado", advierten usuarios de servicios
financieros.
Fuentes del sector contestan que están "cumpliendo con toda la
normativa de protección al inversor, y especialmente a los pequeños
ahorradores".
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adquirir productos financieros complejos y con riesgos como las
participaciones preferentes y la deuda subordinada, que han provocado
pérdidas millonarias y el mayor escándalo financiero en la era
democrática. Esta es la realidad que denuncian desde las asociaciones de
usuarios de banca, que llevan meses señalando con el dedo a la práctica
totalidad de entidades, que comercializan productos de ahorro como los
pagarés, los fondos estructurados (ETF), los seguros de renta vitalicia o
los warrrants, todos con altos niveles de riesgo.
Cerca del 42% de los ETF en circulación en España tienen pérdidas, según
datos de Adicae Los fondos y depósitos estructurados no son sino los
últimos de una lista de productos financieros ofrecidos a los clientes
con perfil de ahorrador conservador, según denuncian organizaciones como
Adicae (dedicadas a la defensa del consumidor financiero). Así, los
conocidos como ETF proliferan y se venden como "un instrumento sencillo y
útil", según los describe la propia web de Bolsas y Mercados, si bien
cerca de la mitad (un 42%) tienen actualmente una rentabilidad negativa,
y pueden suponer pérdidas en el capital invertido.
A pesar de las mejoras registradas en la percepción de los mercados
internacionales respecto a España, la situación de liquidez sigue siendo
complicada para las entidades financieras. Por eso, la banca lleva
meses lanzando emisiones de distintos tipos de deuda destinadas a
"proporcionar financiación a la entidad emisora para el desarrollo de su
actividad crediticia", tal como reconoce una de las principales
entidades españolas en un folleto de emisión. Es decir, que captan
liquidez para poder afrontar sus pagos.
La banca, la primera interesada en "cumplir"
La patronal bancaria alienta a que haya la máxima transparencia en la
comercialización y a que se castiguen las irregularidades "Las entidades
necesitan liquidez para sobrevivir, y el recurso más accesible es el
ahorro de los clientes", señala Paco Sanz, responsable de estudios de la
Asociación de Usuarios de Banca, Adicae. En su opinión, se están
fomentando, de forma deliberada, cada vez más productos financieros que
derivan el riesgo sobre los clientes. "Productos que frecuentemente no
tienen la liquidez que pretende un usuario medio"; es decir, que no
tienen garantizado el poder disponer de su dinero en el momento que lo
necesiten.
Fuentes de una de las principales entidades bancarias españolas niegan
cualquier mala práctica. "Ahora mismo se cumple escrupulosamente con la
normativa, especialmente entre los pequeños ahorradores. Cada producto
tiene sus características y complejidad, pero los clientes tienen que
cumplir un test de idoneidad para demostrar que comprenden los riesgos",
aseguran.
En la misma línea se muestra la patronal bancaria española (AEB). Sin
entrar a valorar la complejidad y riesgo de cada producto concreto,
señalan que "existe una normativa a nivel nacional y europeo sobre
transparencia en la comercialización de productos bancarios y protección
al consumidor financiero, que los bancos españoles cumplen y respetan".
Entre esta regulación, la AEB cita, por ejemplo, la reciente Ley de
protección del Deudor Hipotecario y la directiva europea MiFID, que
establece unos test de conveniencia para garantizar que el inversor
conoce los riesgos que corre; además, se está tramitando una MiFID 2,
que expandirá esta protección. Se acaba de aprobar también una nueva
directiva sobre transparencia de productos bancarios, que tendrá que
transponerse a las legislaciones nacionales europeas, "si bien el
ordenamiento jurídico español recoge ya numerosos aspectos de esta
norma", explican.
La Directiva sobre Transparencia Bancaria, a juicio de la patronal
bancaria, es un buen exponente del interés de las autoridades
internacionales por profundizar en la transparencia de los mercados
financieros y de este modo proteger al ahorrador e inversor. Por su
parte, la AEB alienta a que haya la máxima transparencia en la
comercialización y que se sancionen con rigor las actuaciones
irregulares. "Somos los primeros interesados en que se cumpla la
normativa y se dé un servicio óptimo al cliente", aseguran.
Una alternativa al recorte de tipos
El Banco de España instó a las entidades a limitar la rentabilidad de
sus depósitos desde enero, lo que ha fomentado nuevos productos Parte de
la responsabilidad de esta proliferación de instrumentos de deuda está
en el propio Banco de España. El supervisor financiero recomendó a las
entidades en enero (sin llegar a publicarlo como una circular) limitar
la rentabilidad de sus depósitos por debajo del 2,75%. "Esto ha sido
usado como una excusa por el sector para ofrecer tipos muy bajos en los
depósitos y algo mayores en productos con incertidumbre", apunta Sanz.
Como norma general, estos productos no están cubiertos por el Fondo de
Garantía de Depósitos (FGD), el organismo semipúblico con la garantía
del Estado que respalda los ahorros en España. "No son depósitos y ni
siquiera son acciones: es deuda pura y dura", alertan desde Adicae, al
tiempo que recuerdan que la normativa internacional para defensa del
consumidor financiero los cataloga como productos "complejos" y llenos
de riesgos.
¿Qué deben hacer los ahorradores?
Pese a los protocolos y formularios que utilizan cajas y bancos para
comprobar si un cliente es adecuado para un tipo de producto, las
organizaciones de protección del consumidor instan a los clientes a
informarse, leer detenidamente los documentos que firman, y resolver en
la propia sucursal cualquier duda que les surja.
"Tienen que ser conscientes, si les están ofreciendo un producto que no
es un depósito, de qué consecuencias puede tener con sus ahorros. Si no
lo tienen claro, es aconsejable que acudan a asociaciones de defensa de
los clientes, donde les asesorarán sin conflictos de intereses. Porque
los empleados de las sucursales sí los tienen", recuerdan. En una línea
similar se manifiesta Paco Sanz; en su opinión, los usuarios no deben
firmar nada "hasta que no sean capaces de responderse a sí mismos si la
rentabilidad que le han ofrecido se la van a dar seguro o no, o si
pueden perder algo del capital inicial".
Las organizaciones de usuarios recomiendan a los ahorradores optar por
depósitos, que cuentan con garantía del FGD Las asociaciones de
consumidores de productos financieros coinciden en recomendar a los
ahorradores de perfil conservador (aquellos que quieran todo su capital
garantizado y la posibilidad de rescatarlo en cualquier momento) que
contraten depósitos tradicionales, como los de plazo fijo. "Pueden dar
una rentabilidad más baja, es cierto, pero son los únicos que cuentan
con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos", subrayan.
Cómo son los productos de riesgo
Fondos estructurados (ETF): Son un instrumento de inversión "híbrido
entre los fondos y las acciones"; un fondo que se compone de una cesta
de acciones, que se indexa -se vincula- a un determinado índice de
referencia. Es decir, es un fondo que replica el comportamiento de una
determinada cartera de acciones, o de todo el Ibex-35, por ejemplo.
Existe la posibilidad incluso de contratar un ETF "inverso", que da
rentabilidad cuando un determinado valor cae. Pese a que Bolsas y
Mercados califica los ETF de accesibles, flexibles, transparentes,
líquidos y sólidos, en Adicae no dudan en señalarlos como "complejos y
con riesgo". Así, por ejemplo, los ETF de renta variable (vinculados a
la Bolsa) están ligados a la evolución de las acciones, que "no es fija
ni conocida, depende de la situación económica en general y de las
empresas en las que se invierte en particular. Los ETF son productos que
tendrían que ir dirigidos exclusivamente hacia los inversores con un
perfil arriesgado", concluyen desde Adicae.
Pagarés: Las organizaciones de usuarios de banca llevan desde
inicios del pasado año advirtiendo de la "agresiva campaña" iniciada por
las entidades para comercializar los llamados pagarés bancarios. Se
trata de un producto de renta fija: se compra pagando un precio y, en
teoría, a la fecha de vencimiento se devuelve esa cantidad más un
porcentaje. El problema, tal como previenen desde Adicae, es que "el
pago de los pagarés depende íntegramente de la entidad que los emita y
que no está respaldado por ningún fondo de garantía". Es decir, que si
la entidad quebrase, no habría respaldo alguno a esa inversión más allá
de los activos que se puedan liquidar en el banco o caja. Para poder
invertir en estos instrumentos asumiendo los riesgos es necesario
conocer la situación financiera de la entidad, así como su solvencia; es
decir, que un ahorrador sin conocimientos financieros no sería un
perfil ajustado al mismo.
Seguros de renta vitalicia: Aunque este producto se comercializa
como un método de ahorro, como si de un seguro de vida se tratase,
algunas entidades puntualizan que en realidad "es un producto de
inversión 100%, ya que hay un alto riesgo de pérdida -la penalización es
muy alta- si lo quieres rescatar antes de tiempo.
Warrants: Los warrants son un tipo de valor negociable en Bolsa, con
la particularidad que da a su propietario en derecho (la opción, no la
obligación) de comprar o vender una determinada cantidad de un activo
(acciones, materias primas...) a un precio determinado. Es decir, es un
instrumento que permite especular con el precio futuro de un valor; se
trata de un instrumento muy utilizado por inversores profesionales, ya
que permite minimizar riesgos en una inversión en un plazo concreto. Es
por tanto un producto complejo poco aconsejable para ahorradores
conservadores, en tanto que supone una apuesta que, para que tenga
fundamente, exige conocer los fundamentos del mercado en el que se
invierte. Fuentes de uno de los principales bancos españoles aseguran
que estos productos no se comercializan en la red minorista: "Existen de
toda la vida y no se colocan entre los clientes: el que está interesado
tiene que comprarlos de forma activa", responden.
Cédulas hipotecarias: Las cédulas no son otra cosa que bonos
(similares a la deuda pública) cuya garantía son préstamos concedidos
por el propio banco emisor. El consumidor presta su dinero a una entidad
y la garantía para devolver esta cantidad más unos intereses no es sino
un grupo de préstamos hipotecarios firmados por otras personas. "Son un
producto muy beneficioso para la banca, ya que son a largo plazo y, a
pesar de que la entidad paga más al consumidor que por un depósito a
plazo fijo, juega con la supuesta dificultad de perder liquidez",
señalan desde Adicae. El riesgo de estos productos está en que no
cuentan con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos y que cotizan
en mercados secundarios susceptibles de perder liquidez (como ocurrió
con las preferentes), lo que dejaría a los compradores atrapados en
dicha inversión.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1949146/0/alertan-venta/productos-financieros/riesgo-preferentes/#xtor=AD-15&xts=467263
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