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LA VELETA
Minimizar el furor de la calle
fernando jáuregui 22/03/2014
Desde Primero fueron los indignados en sus diversas versiones, unos ecos que ya quedan se tiende a minimizar el furor de la calle. A minusvalorar el grito airado de quienes se sienten traicionados por sus representantes, al de los insatisfechos, de los desposeídos... Cierto que, a veces, este grito se mezcla con el de los oportunistas, con el de quienes piensan que ‘cuanto peor, mejor’, con los susurros sibilinos de quienes se posicionan por principio, rencorosos, contra el sistema. Pero no por ello conviene desoír lo que la calle nos dice.
Una cosa es minimizar y muy diferente, provocar, destruir, erradicar, negar, incumplir, perseguir, y, otra: Desde los medios, silenciar. Sugerir siquiera que para hablar de enfurecimiento haya que desvirtuarlo, desde el periodismo, es negar intencionadamente que la situación de los enfurecidos no es la explosión ante lo insoportable. No cabe la menor duda que el Sr. Jáuregui, no es afectado por la forma en que le gobiernan, como lo soy yo. Pienso que bastante oportunista es él, para defender la miseria que desde las alturas de los poderes nos machaca. Yo no soy rencoroso contra nadie pero, si me viera en la selva de la desesperación, contemplando al enemigo que me maltrata, sin sus ejércitos defensivos..., es muy posible que me le comiera a dentellada limpia, se llame Juan Carlos o Mariano. Porque el hambre obliga a la fiereza a quien lo padece.
Primero fueron los indignados en sus diversas versiones, unos ecos que ya quedan atenuados por los absurdos extremismos de algunos, que incluso querían secuestrar, decían, el Congreso de los Diputados, que es la sede de la representación ciudadana. Ahora, son las marchas de la dignidad, que quieren confluir en sus protestas diversas este fin de semana.
Cada INDIGNADO solo tiene una versión. La que sale de su alma, por las heridas Inferidas, continuas y sangrantes. Ninguno de ellos serian capaces de encontrar ninguna justificación a los hostiones que recibe desde las alturas de los poderes, ni seria capaz de escribir tanta "rebanada con mantequilla" para quienes desayunan con la seguridad de la subvención. dineraria o ideológica. De otra forma, no se puede justificar lo que justifica éste periodista. Cuando no siente ninguna razón para su INDIGNACIÓN, o es que no siente, o es que no padece. De otra forma no se explica.
Pregunté hace unos días al alcalde de una importante, histórica y culta ciudad castellana si no le preocupan los ocasionales estallidos de crispación que agitan ocasionalmente, véase el caso del burgalés barrio de Gamonal, la tradicional paz de las viejas capitales provincianas, porque lo de Madrid, ese manifestódromo de todo y contra todo, es ya algo bien distinto. Le dije si no pensaba que acaso va siendo hora de introducir nuevos esquemas de gobierno en las ciudades, en los esquemas regionales, en la gobernación central.
Cuando un período de tiempo es de mas de dos años, deja de ser ocasional para convertirse en contínuo, o sea, de larga duración. Los recortes que usted silencia: Paro, salarios, enseñanza, educación, sanidad y de todo tipo como estamos sufriendo en España, son los que crearon el ambiente de GAMONAL al convertirle en la "gota que rebasó el vaso". Usted, Sr. Jáuregui tiene el privilegio de disponer de una gafas con cristales de diferente color que las mías.
El alcalde, hombre cabal pero disciplinado al aparato de su partido, quiso achacar esos estallidos a causas exógenas: los famosos agitadores. Que los hay. Pero con eso no se explica la globalidad del fenómeno, le dije. Hay descontento, vaya si lo hay, en uno de los países en los que la desigualdad entre los ciudadanos está creciendo más rápidamente, según vienen demostrando todas las estadísticas. Esta es una de las naciones democráticas en las que el poder es más impermeable, está más anclado en el no a cualquier iniciativa que surja de la ciudadanía, se muestra menos proclive a dar explicaciones.
Cuando un hombre es cabal por obediente a quienes joden a un pueblo, es que de "cabalito" tiene poco. Cuando se forma parte del equipo jodedor de toda una sociedad, no se tiene nada de cabal. Al hacer lo que hacen, pierden hasta la legitimidad ante los que les votaron para gobernar, no para arruinar. Los estallidos, los agitadores, no pueden ser maltratados informativamente. No se puede permitir un poder impermeable ante la reivindicación de la ciudadanía, y pagarla con el mayor de los desprecios. No se puede ser asesino y salvador. Cabal e injusto. Listo y bobo. Cabroncete o majete. Tirano o demócrata. Dios o Diablo. Inventor o periodista. O SE ES UNA COSA, O SE ES OTRA, O NO SE ES NINGUNA.
No saldré a la calle a unir mi protesta a las de otros por los que no me siento convocado. Pero no puedo dejar de mirar con inquietud, y hasta con algo de simpatía, unas marchas que se reclaman por la dignidad. Porque es inútil seguir intentando restar a la sociedad civil el poder y la importancia que les corresponde, como si el hecho de votar cada cuatro años justificase ya plenamente una democracia. Y no es eso, no es eso.
Tiene usted perfecto derecho, a salir a reivindicar o no, según vaya usted en la burra, caballero o andando. Eso es lo que hacemos los demás, solo que nos obligan a hacerlo unos pocos de esos "cabales" que usted ensalza. Quizás cuando uno ve "algo de simpatía" en los necesitados, es que le falta otra cosa... Y no es eso, no es eso.
Cuando a un pueblo se le machaca, pisotea, despelleja, se le ignora, se le desprecia, se le roba, se le miente y se le despoja, quiere decir Sr. Jauregui que ese PUEBLO está cansado de tanta miseria y de que sus gobernantes que son los que tendrían que solucionar el gran problema que tiene esta ciudadanía están mirando hacia otro lado, pero lo peor de haber llegado a esta desdicha es que todos los que han saqueado este País son los que este PUEBLO les votó en la urnas, quizás por ignorancia ó influenciados de quienes en los medios de comunicación que son los periodistas han estado tapando tanta corrupción y no han ejercido de periodistas sino de TROLEROS, ¿mandados por quién? ¿por los que nos están Gobernando?.
ResponderEliminarA esa pobre gente que llevan días y días enteros caminando pacíficamente para llegar a la capital de España a decir lo que piensan de toda esta mentira llamada Institución, tanto de los que nos gobiernan como de sus aliados opositores, usted a esa pobre GENTE les llama oportunistas y que piensan que cuanto mejor peor, quiere decir Sr. Fernando Jauregui que usted debería de salir a la calle y como periodista ó comunicador o como quiera que sea usted, antes de escribir en un diario, debería de informarse y preguntar a esos INDIGNADOS de las situaciones y calamidades personales que tienen y tenemos por causa de toda la patraña que nos GOBIERNA y que nos han saqueado este digno PAIS.
Nos han arruinado, a unos quitándoles sus ahorros, a otros quitándoles su vivienda, a muchos quitándoles sus trabajos, a todos quitándonos nuestros derechos y por lo tanto QUITANDONOS LA DIGNIDAD, eso Sr. Jauregui es lo único que nos han dejado “LA DIGNIDAD” y si a usted solamente le deja un poquito de inquietud esta gente, quiere decir que me está demostrando la clase de persona que es usted.
Queremos Justicia, los que nos han robado y saqueado siguen ahí, los culpables siguen ahí, riéndose del pueblo de la clase trabajadora, y yo y millones de personas que hoy salimos a la calle a reivindicarnos por todo lo que ha llevado el desastre de ESTE PAIS, queremos que se HAGA JUSTICIA.
Muy bien Mari Paz: Te has debido quedar tan contenta con tu actuación, como solo los dignos y honrados se quedan cuando luchan por su verdad, por su razon y por los derechos de los demás.
ResponderEliminar¡Mi mas sincera enhorabuena!. Con no muchos españoles como tu, España sería diferente. ¿Pero donde se esconden los que tienen que defender sus derechos?. Ya lo dice el filósofo. "Hay personas que detectan la lluvia, los demas solo se mojan!.
En otros tiempos a la prensa se la consideraba "el cuarto poder", y a los periodistas que firmaban los trabajos dejando con el culo al aire al que se pasaba, "sabuesos". Es verdad que eso pasaba mas fuera de España, que aquí, pero aquí también. Ahora y por desgracia para todos, a la prensa generalista la podemos considerar: "la voz de su amo", y a los periodistas que la sirven: "Panzistas". Me da lo mismo que en sus editoriales se autoproclamen de derechas o de izquierdas, sean de radio, escritas o de televisión, porque en el fondo lo único que subyace es el servilismo al capitalismo, al capitalismo devorador de todo lo que se impone en el camino de sus objetivos:El poder y el dinero.Los medios de comunicación son perros que comen en la mano de los financieros, y los periodistas que nos engañan con sus panfletos son colaboradores necesarios entre la verdad y los libelos con los que nos quieren hacer comulgar cada día. No me vale que digan que se deben a la empresa para la que trabajan, eso no vale, porque si le obligan a publicar cosas que atentan contra su dignidad, primero uno se rebela, si le siguen obligando y amenazando con el despido, se denuncia públicamente, aunque sea buzoneando casa a casa la verdad, y si le despiden, se va uno al juez y denuncia que D. Fulano y D. Fulano me han despedido por informar a los lectores la verdad. Si a un médico se le puede meter en la cárcel si se demuestra que un laboratorio lo tiene comprado y siempre receta medicamentos de éste,. aunque sea a costa de la salud del enfermo, de la misma manera a un periodista que nos miente y denigra la verdad, se debería poder hacer lo mismo.
ResponderEliminarSeñor Jauregui: A mi ya no me engaña, siempre ha sido Vd. un ganapanes, en el peor sentido de la expresión, y ésta vez no podría ser de otra manera. Pero pido para Vd. una cosa, aunque entiendo que a estas alturas va a ser un poco difícil: que termine Vd. sus días como periodista suplicando un trabajo en uno de estos periódicos alternativos de poquísima tirada y con los días de supervivencia contados. Y por supuesto que a cada vez que vea Vd. en su buzón un papel de Correos anunciandole una carta certificada, le entren las cagaleras de la muerte, y que a partir del día 15 de cada mes, tenga Vd. que acudir a esos comedores de beneficencia que a sus "amos" les gusta tanto promover.
Isidro Jara Hernández.