En cuanto nos descuidamos, surge con ímpetu la España católica apostólica y romana, lo cual, en la jerga propia, no deja de ser la rehostia.
Resulta que la "mano" es un fragmento de muñeca porque lo dice "..." y lo es porque, según Francisco Cabeza de Vaca escribe a finales del siglo XVII, hay un dedo de San Ildefonso. No me entero...,¿Dedo o muñeca?. ¿Muñeca o mano?. ¿Mano o dedo?...
Los dedos tienen uña, la muñeca no tiene dedos. Los huesos del santo..., ¿son los hueso o el hueso?. En fin que, o se admite el enigma del Divino Misterio, o esto no hay por donde pillarlo. La verborrea del director es "contundente": Posiblemente, puzzle de objetos y épocas, inscripción de la peana, enigmáticos, suponen una pista, medievales, otro de finales de la Edad Antigua, fechado hacia los siglos VI-VII, aventura que puede ser un pedazo del sudario del santo, un taller andalusí o hispanomusulmán, previsiblemente, Rascón cree que no se trata de otra reliquia distinta...
Tampoco tiene mayor importancia porque quienes tienen que aceptar o rechazar la historia son los que, obligatoriamente tienen que estar imbuidos por la fe. Si no tienen fe, ¿Como se van a tragar éste ladrillo?. Por el contrario, si se lo tragan, son los que interesan a esta España de ahora mismo. Se tragaran la "mano de San Ildefonso", los recortes en Sanidad, en Cultura, en Ciencia, en trabajo, en desempleo en Injusticias Sociales, en PREFERENTES y escucharan al Gobierno y creerán en Blesa. Rato, Goirigolzarri, Cospedal, Bañez, Botella, Montoro.
Ya sabemos que España es diferente, desde el mas pobre obediente al mas cabrón "recortador", desde el mas decente contribuyente al mas desenfrenado delincuente fiscal.
En fin, Castilla-León: ¡Que cerca estáis de la "muñeca de San Ildefonso", y que lejos estáis de Dios!.
El resto de "las castillas"..., ¡que lejos estamos de la Justicia!
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Encuentran la mano de San Ildefonso en la iglesia del Mercado
El relicario del santo guardaba el carpo, documentos, una cruz, un medallón y tela posiblemente de su sudario.
verónica viñas | león 12/03/2014
Un pequeño tesoro dentro de una figurita de apenas 27 centímetros. Una estatuilla de cobre que representa a San Ildefonso, localizada en la casa rectoral de la parroquia de Nuestra Señora del Mercado de León por el director del Museo de la Catedral, Máximo Gómez Rascón, escondía una misteriosa cajita de hojalata en el interior de la peana. En un amplio artículo del último numero de la revista de la asociación Promonumenta, Gómez Rascón desvela todos los detalles de este importante hallazgo. La caja, forrada con seda roja del siglo XVIII, en cuya tapa figura el año 1806, contenía la reliquia del santo —la muñeca (carpo) de la mano derecha, sin dedos—, así como documentos, un crucifijo y un medallón de plata y tres pedazos de telas medievales de los siglos VI al XIII; uno de ellos, posiblemente, perteneciente al sudario de San Ildefonso.
Todo un puzzle de objetos y épocas que Gómez Rascón ha podido encajar tras dos años de estudio. El relicario de San Ildefonso se expone ahora en el Museo de la Catedral de León.
La reliquia llegó a León en el siglo XIII, un momento en el que el santo que fue arzobispo de Toledo era muy venerado en esta ciudad, según relata Rascón en el mencionado artículo. De hecho, una de las capillas de la Catedral de León estuvo dedicada a San Ildefonso y en ella se preservan varias de las vidrieras más antiguas, fechadas entre los años 1270 y 1280, que evocan la vida del santo, nacido en el año 607, miembro de una de las familias regias visigodas y sobrino del obispo de Toledo San Eugenio III, que tuteló su educación.
El relicario que inmortaliza al santo con los ornamentos litúrgicos episcopales —mitra y báculo—es del siglo XV, como concluye Rascón a partir de la inscripción de la peana, que permite atribuir la pieza al orfebre portugués Alfonso Me. El relicario fue un encargo de la Cofradía de San Ildefonso, fundada en 1260 y extinguida en 1851.
El documento que contenía la cajita que hasta ahora había pasado desapercibida en la iglesia del Mercado, se refiere, precisamente, a los importantes acuerdos que adopta la citada cofradía en 1806 para salvaguardar el relicario. Desde entonces, la caja nunca se había vuelto a abrir hasta ahora. Junto a los huesos del santo y el papel de la cofradía, la caja preservaba un crucifijo de cinco centímetros y una medalla ovalada de idéntico tamaño con la figura del Pantocrátor y, en el reverso, la Virgen de Rocamador.
Tres pistas de tela
Más enigmáticos resultan aún los tres pedazos de telas que contenía la cajita y que suponen una pista crucial para averiguar cuándo llegó exactamente la reliquia de San Ildefonso a León. Dos son medievales y otro de finales de la Edad Antigua..
El mayor fragmento, de 35 por 14 centímetros, procede de los talleres coptos de Antinoe (Egipto). Es de seda decorada en rojo y está fechado hacia los siglos VI-VII, época en la que vivió y murió el santo. Rascón aventura que puede ser un pedazo del sudario del santo que inmortalizó en varios lienzos El Greco. Otro pedazo de tela es de un taller andalusí o hispanomusulmán, con hilos de sera y oro entorchado; previsiblemente, del período almohade (siglos XII-XIII). El último fragmento, también del siglo XIII, es de seda y oro, de los denominados paños de Tartaria.
El escritor y político leonés Francisco Cabeza de Vaca escribe a finales del siglo XVII que en la parroquia de Nuestra Señora de la Antigua (del Mercado) hay un dedo de San Ildefonso glorioso, arzobispo de Toledo. Rascón cree que no se trata de otra reliquia distinta.
El director del Museo de la Catedral destaca el hecho de que San Froilán antes de venir a León estuvo en el cenobio toledano de Agali, donde pasó gran parte de su vida San Ildefonso.
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