Miércoles, 10 diciembre 2014
Bankia, Mafo y Rato
pedro morante gutiérrez 10.12.2014 | 04:18
Yo quiero que cuando una persona cometa un delito, se le juzgue y se
le condene, pero no me gustan todos aquellos que aprovechan cualquier
ocasión para despellejar a un personaje famoso y tirar sus despojos a
la calle para alimento del «personal». ¿Qué tenemos de momento? Un
informe de dos peritos del Banco de España en el cual se denuncia que
las cuentas presentadas por Rato
para la salida a Bolsa de Bankia no eran correctas y por lo tanto los
compradores de acciones pudieron ser engañados. Ahora falta saber lo que
opina Rato y lo que deciden los jueces. La actuación de Rato en el tema
de las tarjetas opacas me parece mezquina y reprobable, pero en el tema
de la quiebra de Bankia yo pienso que fue un «pardillo» en manos de
instancias superiores.
Cuando en el año 2009 el Banco de España tuvo que intervenir Caja Castilla La Mancha y pudo ver todas sus «tripas», se dio cuenta de cómo deberían estar el resto de cajas españolas, ya que la quiebra de CCM no fue por nada singular, hacia el mismo negocio que el resto. En aquellos tiempos, la situación de Caja Madrid era mucho mejor que la mayoría, por una razón: aunque en sus «tripas» tenía bastante «basura», el porcentaje en comparación con sus activos era mucho más bajo que en las cajas valencianas, las gallegas y alguna catalana. El Gobierno, que se equivocó en no ayudar a la banca como hicieron el resto de países tras la quiebra de Lehman Brothers, se volvió a equivocar al no salir al paso y salvar a toda la banca dañada. Los asesores de Zapatero seguían pensando que la crisis iba a ser corta y por lo tanto lo que había que hacer es ganar tiempo, por eso se inventaron lo de los SIP, una especie de fusión de cajas para ir tapando las vergüenzas que iban apareciendo.
Cuando en el año 2010 Rato le pidió ayuda para Bankia a Miguel A. Fernández Ordóñez (MAFO), este la condicionó (esto lo pienso yo, pero no lo puedo asegurar) a que se fusionara con otra caja con dificultades. Primero se buscó a la CAM, pero esta se negó (menudo ojo tenían sus dirigentes, probablemente se creían que ellos estaban bien) así que MAFO obligó a Rato a asumir a Bancaja y su Banco de Valencia. Esta fusión hundió todos los parámetros de Caja Madrid , y la futura Bankia ya iba a nacer con los pies de barro. Si en lugar de la fusión se hubiese ayudado solo a Bankia, lo que pasó después no hubiese ocurrido.
¿Alguien puede pensar que en esa situación Rodrigo Rato tenía capacidad para organizar la salida a bolsa? ¿Podía montar el contubernio de bancos, empresas e instituciones para que compraran acciones para inmediatamente venderlas?, esto solo pudo ocurrir porque Gobierno y Banco de España colaboraron.
¿Alguien puede pensar que MAFO no sabía exactamente como estaban las cuentas de Bankia cuando esta salio a Bolsa?, esto es absurdo, todo estaba consensuado y no con la intención de engañar a la gente sino para ganar tiempo, porque repito, pensaban que íbamos a salir pronto de la crisis y todo se arreglaría. La crisis continuo, en Bancaja siguieron apareciendo «pufos» escondidos y el final ya lo conocemos.
Las consecuencias de todo esto, es que a medida que todas las reclamaciones lleguen a las más altas instancias judiciales, será el Estado el que tenga que pagar a todos los damnificados por las preferentes, acciones de Bankia, y todos aquellos productos en los que las instituciones del Estado como el Banco de España o la CNMV no cumplieron con su obligación de evitar que la sociedad española fuera engañada, o aunque no fuese engañada, no tuvo suficiente información del peligro que corría su inversión.
Cuando en el año 2009 el Banco de España tuvo que intervenir Caja Castilla La Mancha y pudo ver todas sus «tripas», se dio cuenta de cómo deberían estar el resto de cajas españolas, ya que la quiebra de CCM no fue por nada singular, hacia el mismo negocio que el resto. En aquellos tiempos, la situación de Caja Madrid era mucho mejor que la mayoría, por una razón: aunque en sus «tripas» tenía bastante «basura», el porcentaje en comparación con sus activos era mucho más bajo que en las cajas valencianas, las gallegas y alguna catalana. El Gobierno, que se equivocó en no ayudar a la banca como hicieron el resto de países tras la quiebra de Lehman Brothers, se volvió a equivocar al no salir al paso y salvar a toda la banca dañada. Los asesores de Zapatero seguían pensando que la crisis iba a ser corta y por lo tanto lo que había que hacer es ganar tiempo, por eso se inventaron lo de los SIP, una especie de fusión de cajas para ir tapando las vergüenzas que iban apareciendo.
Cuando en el año 2010 Rato le pidió ayuda para Bankia a Miguel A. Fernández Ordóñez (MAFO), este la condicionó (esto lo pienso yo, pero no lo puedo asegurar) a que se fusionara con otra caja con dificultades. Primero se buscó a la CAM, pero esta se negó (menudo ojo tenían sus dirigentes, probablemente se creían que ellos estaban bien) así que MAFO obligó a Rato a asumir a Bancaja y su Banco de Valencia. Esta fusión hundió todos los parámetros de Caja Madrid , y la futura Bankia ya iba a nacer con los pies de barro. Si en lugar de la fusión se hubiese ayudado solo a Bankia, lo que pasó después no hubiese ocurrido.
¿Alguien puede pensar que en esa situación Rodrigo Rato tenía capacidad para organizar la salida a bolsa? ¿Podía montar el contubernio de bancos, empresas e instituciones para que compraran acciones para inmediatamente venderlas?, esto solo pudo ocurrir porque Gobierno y Banco de España colaboraron.
¿Alguien puede pensar que MAFO no sabía exactamente como estaban las cuentas de Bankia cuando esta salio a Bolsa?, esto es absurdo, todo estaba consensuado y no con la intención de engañar a la gente sino para ganar tiempo, porque repito, pensaban que íbamos a salir pronto de la crisis y todo se arreglaría. La crisis continuo, en Bancaja siguieron apareciendo «pufos» escondidos y el final ya lo conocemos.
Las consecuencias de todo esto, es que a medida que todas las reclamaciones lleguen a las más altas instancias judiciales, será el Estado el que tenga que pagar a todos los damnificados por las preferentes, acciones de Bankia, y todos aquellos productos en los que las instituciones del Estado como el Banco de España o la CNMV no cumplieron con su obligación de evitar que la sociedad española fuera engañada, o aunque no fuese engañada, no tuvo suficiente información del peligro que corría su inversión.
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