jueves, 26 de diciembre de 2013

PREFERENTES BANKIA: FALSO Y ABURRIDO BORBONEO

Desde que escuché al Borbón, ayer a mediodía,-- me negué a hacerlo en directo-- ando preparando una substanciosa respuesta al mismo, desde mi perspectiva de ciudadano marginado y masacrado por quienes me gobiernan.

Pero revisando mi correo, hoy, me encuentro con este ragalazo, de Ernesto Escapa, en el Diario de León,es.

¡Vaya articulazo, don Ernesto!. Mi mas sincera ENHORABUENA. por tan magnífica creación. Hago mías cada una de todas sus letras escritas y doy entrada en mi blog, a su "COMO QUIEN OYE LLOVER".

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Jueves, 26 de diciembre de 2013

fUEGO AMIGO

Como quien oye llover

ernesto escapa 26/12/2013
Un año más, el borboneo de Nochebuena, donde el Rey apeló al diálogo para afrontar reformas, volvió a caer en saco roto, porque la gente ya lo escucha como quien oye llover. Y vaya si llovía durante la ciclogénesis. Antes, a estas alteraciones se les llamaba temporal y a correr, pero ahora importa mucho complicar la etiqueta. Porque hay cantidad de gente dedicada al cuento. Pero el almanaque también rescata ejemplos de ayer que nos descubren el trastorno en que vivimos. La quiebra de Banesto sucedió hace veinte años y costó tres mil euros en pesetas, pero fue seguida de cárcel y hasta hubo una comisión de investigación parlamentaria. Cada cual con su trabajo, los tribunales y los políticos, para revisar y sancionar los excesos. La avería de Blesa en Caja Madrid ha sido ocho veces más y anda tan pispo, cruzando mensajitos con los padrinos.
La pella bancaria requirió ayuda europea para tapar su tremebundo agujero y todavía seguimos echando euros al pozo. Cuando se descubrió la magnitud del buraco, la autoridad económica repitió hasta cansar que aquel auxilio bancario no iba a costar nada al gentío. Era un préstamo con un interés rentable que los bancos y las cajas tenían que devolver, una vez que salieran de su aprieto transitorio. Pues mira qué bien: no cuestan y además rentan. Eso sería lo suyo, pero ya vamos conociendo los efectos reales de la pedrada. Perdimos la Obra Social, menos unas migajas de entretenimiento, y se esfumaron hasta las entidades, hundidas en la charca de la insolvencia con un lastre que cada poco requiere enterrar más millones en el agujero. Y falta el escrutinio. Ver cómo está su patrimonio, en qué condiciones se repartieron la bicoca, en fin, el minucioso codicilo del desastre final.
Ahora las imputaciones tardan en llegar, porque los poderes echan la zancadilla, y cuando cuajan, luego se demoran hasta sustanciarse. Así que la oferta de transparencia le suena a la gente más bien a pitorreo. Como el diálogo y espíritu de acuerdo de los partidos, que sólo practican para repartirse el pastel. Lo mismo da asientos en el Consejo del Poder Judicial que cualquiera de las variantes de dispendio que engordan la bola de la política española. Lo vimos hace una semana con el disparate del precio de la luz. Resulta que el traspaso de jubilados políticos al sobre eléctrico ha sido tan plural y desmesurado, que usted y yo pagamos por esas colocaciones en el recibo más del doble de la energía que consumimos. Y a esa cucaña se han subido todos: cohibidos y vivales, azules y pintos. Por eso, el arreglo está imposible. Porque de ahí ya no se apea nadie.
Así que el borboneo navideño sólo fue provechoso para discurrir cada cual sobre sus ahogos. Frente al pregón del diálogo y de los acuerdos para afrontar reformas, todas las últimas leyes van siendo despachadas con el único respaldo de los adeptos. Y no afectan a cuestiones secundarias, sino a principios que tienen que ver con los espacios de encuentro para la convivencia. Por ejemplo, la educación, la seguridad, el aborto. Normas para las que no vale la estrategia del quita y pon, porque dejan víctimas por el camino. Da igual. Sólo la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, se ha plantado al intrépido Gallardón. Un gesto de coraje que la acredita para protagonizar un futuro menos envilecido.

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