Teniendo en cuenta la hora que es, (La publicación de esta ENTRADA, la data) 04,43H. y suponiendo mi sueño, me aguanto y, para dormir agusto, lo que me queda de noche, le aclaro alguna cosilla al Escritor, Premio Nadal y Nacional de Literatura.
Si usted sospecha que las preferentes estarían peor en cuanto al comportamiento de las fusionadas o renameadas entidades, yo pienso que podían estar fenomenal, habiendo sabido elegir el pueblo gallego a sus representantes. Recuerdo que visitando un día, no hace muchos años, la estación de FF.CC de Sárria, en Lugo, se me retorcieron las tripas, como en muchos puntos de Madrid, ví una placa, y después otra, y otra después. Las placas rememoraban el glorioso acto de visita inauguradora a la mencionada Obra Pública, de don Manuel Fraga Iribarne.
Que entre los habitantes de Pontevedra y los de Lugo no debe haber mucha diferencia, es evidente. Que yo no conozco como reacción instintiva y básica de los unos y los otros, como los de Ourense o A Coruña, ninguna reacción mas allá que la de salir de sus ubicaciones, sino para cruzar el charco. Demostrado con la repoblación de territorios extranjeros conquistados mas allá de los mares, mas que, mas allá de su región. Fuera de Galicia, donde mas gallegos hay, no es España. O sea que alborotadores, si; Pero no tanto.
Probablemente el río mas significativo, puede que sea el de La Plata, ese separa mas que la de Vigo.
Hablar de las realidades autonómicas, y no colocar a Galicia en su lugar, es desconocer todas las realidades que convendría tener en cuenta. Que yo sepa, quienes mas se la han jugado, en el tema de la Sanidad, y quienes mas han conseguido como alborotadores, han sido los de la provincia del bolo.
Decir en vez de traer fritos a concejales o gobernantes que nada tuvieron que ver, es decir que no tiene las ideas muy claras. Por si le cabe alguna duda, repare quienes forzaron las devoluciones de lo estafado por las preferentes en Galicia, y lo mas grave: HASTA CUANDO. Por si no le sale de su apretada memoria, yo se lo recuerdo. Fueron devoluciones preelectorales, y hasta dos días antes de la celebración de la elecciones "galegas". No referir esto, es ignorancia o mala fe.
Esto no es cosa de domicilios, sino de voluntades. Sí es cosa de ciudadanos y de periodistas, eso si. Pero otra cosa que tiene que ser, para sentirlo, es afectado. Lo que sienten los estafados no es lo mismo que lo que siente el que opina de sentimientos.
A usted, simplemente, le veo un poquito lejos de la realidad. En España, para las preferentes como para muchas otras cosas, hacen falta los mas grandes colaboradores necesarios, para cometer tantos y tantos hechos reproblables. También hacen faltas los campos de cultivo simpatizantes. Pero desde mi edad, que no desde mi sabiduría, (Ya sabe usted por que el diablo sabe tanto), me atrevo a recomendarle que piense como serían los banqueros, con otros representantes del pueblo.
P.D.-Ah, me solidarizo con todos los ESTAFDOS gallegos, ¡que yo si se lo que sienten!, porque sentimos lo mismo. Pero es que esto, no se sufre apretándose la cabeza. Esto nos ahoga el corazón.
Como usted puede comprobar, no soy ningun literato, pero soy muy honesto para intentar rechazar algunas cosas que capto como no verdades, vengan de donde vengan. Aun así y todo, si no aplica la autocritica y se siente molesto, le pido disculpas.
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Martes 09.04.2013
{ LOS OTROS DÍAS }
ALFREDO CONDE
El timo de las preferentes
A veces me pregunto qué hubiera
pasado si no se hubiesen fusionado las dos cajas gallegas y, apretando
la memoria, se me viene a la cabeza que, los estafados con el timo de
las preferentes en la del norte, probablemente, hoy estarían en manos de
Bankia oyendo tocar campanas (a difunto) sabiendo de dónde venían. No
es que ahora estén bien, que no lo están, ni seré yo quien afirme eso.
Pero sospecho que estarían peor de lo que están si las cifras que
mostraron el otro día en un noticiero de televisión eran ciertas.
Por mucho que aprieto esa memoria, que funcionaría mejor
si yo fuese uno de los afectados, algo que afortunadamente no sucede,
no consigo radicar el paradero de las preferentes suscritas con la caja
del sur, aquella en la que su mandamás cantaba tan bien los boleros;
pero seguro que sería peor, mucho peor de lo que está siendo; que ya le
llega. Mucho peor si pienso que toda la documentación gráfica que
aportan las televisiones a este respecto se ubica generalmente en la
provincia de Pontevedra, no sé si porque en ella hay más afectados o más
alborotadores. La orilla norte de la Ria de Vigo, siempre fue muy
batalladora, al menos que yo recuerde.
La cosa está mal y no pinta bien, eso por supuesto, pero
si miro la sanidad que tenemos en Galicia y la que nos espera, el
sistema de comedores escolares que todavía perdura y el que se avecina,
las listas de espera en los hospitales, el despacho de medicinas en las
farmacias y así sucesivamente que, repito, no están como estaban, porque
dejaron de estar tan bien como las disfrutábamos, pienso, comparo y
deduzco que estando mal. No están tan mal como en la mayoría de las
realidades autonómicas situadas allende el telón de grelos que, visto lo
visto, Breogán nos conserva.
¿Qué sucede entonces para que no seamos capaces, ni el
ciudadano, ni la prensa que debería ayudarle a ello, de realizar la
reflexión serena que nos permitiese reclamar en donde deberíamos
hacerlo, en el caso de las preferentes, por ejemplo, en vez de traer
fritos a concejales o gobernantes que nada tuvieron que ver con ello más
que en el sentido que se indica?
Algo está pasando que no debiera de suceder. Quizá se
deba a que todos conocemos los domicilios de nuestras instituciones
públicas mientras que desconocemos las de los domicilios particulares de
los banqueros que, con absoluto desparpajo y por mucho que la legalidad
se lo consintiese, se cubrieron los riñones con millones de euros
mientras sonreían mirando al tendido de sol en el que quedaban aquellos
que habrían de salir más chamuscados y urgidos de sus dineros a efectos
de pura y simple supervivencia familiar. Porque también hay gente del
tendido de sombra que invirtió en plan especulador y esa,
preocupándonos, no debiera preocuparnos tanto.
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